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AMABICI, la Red de Bicisendas del Área Metropolitana de Asunción, atraviesa varios barrios capitalinos, y está en plena expansión. Cuando se cumpla el objetivo final de interconectar la capital y las ciudades aledañas su trazado tendrá 600 kilómetros, algunos de los cuales ya se dejan ver en barrios asunceños.
Estos primeros 31 kilómetros tienen un costo de construcción de US$ 800 mil, que provienen en un 100% de una donación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), según informaron de manera conjunta los responsables de AMABICI.
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Uno de esos tramos conecta la zona de Villa Morra con el microcentro capitalino y ya está debidamente señalizado de manera horizontal (con las rayas divisorias pintadas en la calle y los ojos de gato que la demarcan), y con cartelería vertical que advierte acerca de su existencia.
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Sin embargo, tal vez por su novedad o por la falta de conciencia de algunos automovilistas aún es ocupada por vehículos que la taponan por completo cuando estacionan -incluso por largas horas-, ignorando la cartelería y tal vez sabedores de que por esas calles (por partes empedradas) no hay presencia de la Policía Municipal de Tránsito (PMT).
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Otros, medianamente conscientes de su responsabilidad y deberes, ocupan proporcionalmente media bicisenda y dejan un fragmento habilitado para el tránsito de bicicletas.
Además de conductores irrespetuosos hay en ese trazado algunos problemas que pueden hacer tambalear el proyecto de no ser atendidos, ya que si la experiencia del ciclista no es óptima este probablemente opte por no utilizar la bicisenda.
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Entre esos detalles se cuentan las ramas de los árboles que constituyen un obstáculo para los ciclistas, aún aquellos no muy altos, ya que algunas se encuentran a apenas un metro del piso. Es necesario podarlas unos centímetros y que la poda sea sistemática (y prudente, no bestial a la manera de los contratistas de la ANDE, aunque eso es otro cantar).
Otra situación que se da reiteradamente sobre esta bicisenda es la presencia de montículos de arena, pedregullo, hojas, frutas y hasta fragmentos de vidrio. Todos amenazan con causar derrapes y pinchazos, y no deberían estar ahí. Mantenerlas limpias es obligación de la Municipalidad de Asunción -que bien cobra por barrido y limpieza que en muchos barrios jamás realizada-. Sin embargo algunos frentistas -como el del inicio de este artículo- las barren y eso representa una gran ayuda para el tránsito de ciclistas.
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También ocurre que hay baches y segmentos donde se nota que brotó agua y la Essap hizo lo suyo: romper un asfalto justo después de que se acondicionó. Estos deben volver a ser cubiertos por la Municipalidad.
Una alcantarilla que debe ser revisada
Sin duda el peor momento en todo este trazado se encuentra en el punto del barrio Tembetary donde la calle San Alfonzo se topa con Choferes del Chaco y una maltrecha alcantarilla que la cruza de extremo a extremo se convierte en una trampa que puede llegar a ser hasta fatal.
Allí, el ciclista que no este montado en una bicicleta de montaña apta para terrenos difíciles deberá frenar abruptamente y desmontarse, ya que es imposible cruzar y el filo del metal podría dañar la cubierta de su bici.
Expansión de la bicisenda hacia Mcal. Estigarribia y Villa Aurelia
Este fragmento de la bicisenda ya está disponible y ahora deberá extenderse hacia los barrios Mariscal Estigarribia y Villa Aurelia, según el plan. Pero para que sea utilizada por más ciclistas es necesario promocionar su existencia y, sobre todo, hacer que sea respetada por los automovilistas y cuidada por la municipalidad.