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La movilización se realizó en la tarde de este sábado desde el centro de la comunidad de Puerto Triunfo, en el distrito de Natalio, para exigir justicia y denunciar la inacción de las autoridades que no protegieron a la víctima de un feminicidio en la comunidad.
Los manifestantes eran familiares y vecinos de la víctima del feminicidio que ocurrió el pasado 4 de marzo en la misma localidad.
Indignados exigían justicia y denunciaron que los efectivos de la Comisaría local no siguieron los protocolos de protección para evitar el atroz crimen, porque la víctima fatal había denunciado al agresor e incluso consiguió una orden de alejamiento días antes de que se cometa el feminicidio.
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También los vecinos expusieron que el supuesto feminicida tiene vínculos con efectivos de la Comisaría 90ª jurisdiccional, con quienes compartía rondas de tragos en distintas canchas locales.
Conocían las posibles consecuencias
El subjefe de la comisaría local, Aldo Navarro, con apoyo de efectivos de la comisaría 17ª de Natalio recibió a los manifestantes alegando que ellos “habían cumplido con el procedimiento”.
Según manifestaciones del jefe de la Comisaría en una entrevista anterior, cuando notificaron a la expareja de la denunciante de la existencia de la orden de alejamiento, este habría advertido que solucionaría el tema (“Ñasolucionata koa” sentenció en guaraní).
La orden de alejamiento fue emanada el pasado 2 de marzo por el Juzgado de Paz de Natalio, al día siguiente sería notificado Antonio Villalba Armoa (35) quien cometió el ataque la jornada posterior.
No se tomaron las medidas de protección necesaria ante una amenaza real, además de incumplir un mandato del juzgado que ordenó “la medida especial de protección a favor de la señora Carmen Servián Ferreira y todos los integrantes del grupo familiar”, según los manifestantes.
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Exigen asistencia para los hijos
Los familiares también denunciaron que las autoridades no asistieron a los menores que presenciaron el homicidio de su madre y que necesitan atención psicológica para superar el trauma.
Tres niños menores de edad de 13, 10 y 8 años quedaron bajo la custodia de la abuela materna.
Según los familiares los mismos presentan secuelas evidentes del trauma del que son también víctimas.