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En comunicación con ABC Cardinal este miércoles, la fiscala Irma Llano habló del aumento de estafas por medio de “phishing” en Paraguay, luego de que se descubriera que una persona privada de su libertad, un ciudadano brasileño recluido en la Penitenciaría Regional de Concepción, realizaba estafas telefónicas -una de las cuales resultó en el robo de mil millones de guaraníes- desde la cárcel.
El “phishing” consiste en engañar a una víctima para que revele a un estafador información confidencial como contraseñas o números de tarjetas de crédito, datos que los estafadores utilizan para robar dinero de las cuentas de los usuarios.
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La fiscala Llano comentó hoy que solo el martes se registraron en el Ministerio Público 23 denuncias de estafa, alrededor de la mitad de las cuales correspondían a presuntos casos de “phishing”.
Explicó que los estafadores, al lograr ingresar indebidamente a las cuentas de sus víctimas, transfieren los fondos disponibles –o incluso piden préstamos y retiran el dinero acreditado– a una cuenta de un cómplice local, que a cambio de una comisión vuelve a transferir el dinero a otra cuenta desde la que los estafadores disponen del dinero, generalmente para la compra de criptomonedas.
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La fiscala señaló que la hipótesis es que se trata de un esquema manejado por delincuentes con base en Colombia, con apoyo de cómplices paraguayos, pero que el dinero suele acabar en países con los que Paraguay no tiene lazos diplomáticos -sin especificar cuáles-, por lo que recuperar el dinero robado es extremadamente difícil.
Por su parte, el comisario Nimio Cardozo, jefe del Departamento Antisecuestros de la Policía Nacional, se refirió al caso de la persona privada de su libertad en Concepción como “sumamente atípico”, aunque calificó de “importante” el hecho de que su operación pudo ser desbaratada y dar a conocer su metodología a las autoridades.
Indicó que las estafas de ese tipo y otros tipos de hechos extorsivos como el “hackeo” de teléfonos y las amenazas con la publicación de fotos íntimas -algo de lo que recientemente fue víctima el futbolista Saúl Salcedo– suelen ser obra de estructuras “con gente demasiado avezada en la extorsión y el manejo de las redes sociales”.