Cargando...
Durante la misa de este domingo, monseñor Ricardo Valenzuela reflexionó sobre los hechos de violencia de la última semana y exhortó a los fieles católicos a “rezar por la paz” en el país.
El obispo resaltó durante su homilía que, lamentablemente, cada vez estamos peor en cuestiones de seguridad. “Ya no se puede salir afuera y estar tranquilos porque en cualquier momento aparece alguien fuera de sí para hacer daño. Necesitamos que las personas recuperen sus valores, los frutos del Espíritu Santo”, expresó.
Monseñor habló sobre el caso de sicariato que ocurrió hace unos días en un supermercado de Asunción y lamentó que la violencia y el sicariato se estén convirtiendo en algo común de la actualidad.
“Hasta dónde hemos llegado y cuántas cosas más tenemos que pasar para que nos demos cuenta de que la violencia se está apoderando del mundo. Imagínense una balacera en pleno supermercado... ¿En qué mundo vivimos?”, expresó con tristeza monseñor.
Mencionó que el mundo en que vivimos ahora está muy difícil y con más razón debemos buscar refugio en Dios y rezar con fervor todo el tiempo. “Pidamos a nuestra Virgen de Caacupé que nos dé esa paz que necesitamos en esta sociedad turbulenta”, manifestó.
Lea más: Nos impresiona la cantidad de suicidios y feminicidios que se presentan en el Paraguay
Las debilidades del cristiano
En el inicio de su homilía, el obispo manifestó que “Jesús nos brinda la revelación del cambio”. Se preguntó: “¿Qué nos falta a los cristianos de hoy, por qué la fe y las prácticas religiosas están caídas, débiles y frágiles? Nuestros cristianos no tienen fuerza, no dan vida a nuestra fe de hoy en día”.
En otro momento, cuestionó que los jóvenes ya no se sientan atraídos hacia la Iglesia y aseguró que todo esto ocurre porque nuestro cristianismo es un “cristianismo sin Cristo. Tenemos que pasar a otro escenario, tenemos que mejorar las cosas y para que las cosas cambien es necesario que les pongamos entusiasmo”, expresó.
Mencionó que hoy día la desgracia de nuestro cristianismo es que ahora los católicos lo hacen todo por obligación y eso no debe ser así. “La fe no tiene que ser como un impuesto que hay que ir a pagar a alguien. Damos poco espacio a la fuerza de Dios, necesitamos personas más humildes, más amables, más serviciales y, por sobre todo, personas más amorosas”, aseguró Valenzuela.
Al término de la jornada dominical se pudo observar una gran afluencia de fieles que acudieron con sus familias para ser bendecidos. Estuvieron presentes visitantes de diferentes localidades como: San Lorenzo, Carapeguá, Lambaré y Coronel Oviedo. La celebración estuvo animada por el coro permanente de la Basílica de Caacupé.