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La conmemoración del Día de los Héroes es una excusa ideal para conocer qué pasaba en esos últimos días de febrero de 1870, antes de que la Guerra contra la Triple Alianza termine en Cerro Corá con el asesinato del Mcal. López.
Fabián Chamorro, historiador, nos cuenta dónde estaban y qué estaban haciendo en esas horas finales los principales actores del ejército y la vida política paraguaya de la época.
Por ejemplo, conocemos que en aquellos días, el ejército paraguayo ya vivía una situación muy desesperante y había muchos desertores. De hecho, uno de ellos fue el que finalmente mostró a los brasileños cómo llegar al campamento de López.
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Dónde estaba por esos días el Mcal. López
Cuenta Chamorro que en esos últimos días de la guerra, el mariscal se encontraba en lo que entonces se conocía como el paso del Aquidabán, a unos 300 a 400 metros del río del mismo nombre, donde actualmente se encuentra el parque nacional Cerro Corá.
En la opinión del historiador, el mariscal se había refugiado en ese lugar como para morir ahí, atendiendo a que no tenían ni la logística ni los hombres para resistir. Se habían internado en la zona a principios de febrero de 1870 y permanecieron ahí hasta el asesinato del mariscal.
Días antes, asegura Chamorro, entregaron distintivos simbólicos para los soldados que lo acompañaron hasta el final, ya que en aquel entonces ni siquiera tenían recursos para acuñar esas medallas. En ese momento, el ejército ya solo contaba con 1.000 hombres, de los cuales apenas la mitad estaba en condiciones de pelear. Hoy solo se cuentan con listados de oficiales que acompañaban a López en ese momento.
Cuenta Chamorro que para ese momento, tanto la madre del mariscal como las hermanas estaban en calidad de castigadas por un complot del que fueron acusadas para intentar asesinarlo.
Mientras tanto, Madame Lynch estaba a cargo de todos los hijos que había tenido López a lo largo de su vida. Entre ellos estaba Rosita Carreras, una de sus hijas, que en esos días debía contraer matrimonio; José Félix López Pesoa, hijo de Juanita Pesoa, además de Enrique Solano, Carlos y el mismo Panchito.
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Complots, fusilamientos y paranoia de López
El historiador aseguró que después de la batalla de Tuyutí, López empezó a tener problemas de salud importantes, además de las circunstancias de la guerra, lo que incrementó su crueldad y empezó a ajusticiar a muchos supuestos conspiradores, entre los que hubo muchos inocentes, como Pancha Garmendia, de la cual se habla mucho en nuestra literatura.
En cuanto a su madre, cuenta Chamorro que fue azotada por el supuesto complot. Silvestre Aveiro, uno de los fiscales, fue el encargado de golpearla a cintarazos.
El particular caso de Silvestre Aveiro
El mismo Silvestre Aveiro, contó el historiador, terminó casándose con la hija de una de sus víctimas. En aquel entonces existían los famosos legionarios y si el Estado sabía que un familiar estaba peleando en contra del Paraguay se hacía firmar un documento en que se renegaba de ese familiar.
Pero había gente que se negaba a hacerlo, como la madre de Benigno Ferreira, a quien Aveiro le rompió la mano por ello.
Comenta Chamorro que la sociedad paraguaya en ese entonces era tan pequeña que Aveiro terminó casándose con su hija y la cuidó en los últimos años de vida.
Dónde estaba Bernardino Caballero
Consultado sobre dónde se encontraba en ese momento Bernardino Caballero, Chamorro contó que por esos días por Colonia Dorado, zona de Matto Grosso, para traer ganado ante la falta de alimentos que había en el ejército.
Chamorro lamentó que ni los políticos ni las marcas actualmente se interesen lo suficiente por aprovechar la rica historia que tenemos para generar contenidos culturales y de esa manera atraer al turismo.