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En la zona sur de Ñeembucú se viven dos realidades distintas a consecuencia del fenómeno climático: la sequía que afecta a gran parte de la zona sur y otra parte la crecida de ambos ríos que rodean al duodécimo departamento.
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Familias enteras que viven en la ribera de ambos ríos se mostraron preocupados por esta situación ya que la crecida de los dos ríos está inundando las islas y los carrizales en donde actualmente los animales vacunos encuentran alimentos.
Sin embargo, la otra realidad es que al sacar a sus animales del sector de la isla y de los carrizales no hay pasto y agua en los esteros y tajamares por el efecto de la sequía, por lo que deben buscar la forma de alimentar y dar de beber a los animales.
Las autoridades departamentales y nacionales se hicieron ecos de las necesidades de los productores por el tema de la sequía, pero hasta ahora no llegaron las ayudas para los pequeños productores. Si bien el Ministerio de Agricultura y Ganadería entregó 16.000 litros de combustible la semana pasada (mil litros para cada municipio), el gobernador de Ñeembucú, Emmanuel Cuevas, dijo que la cantidad de combustible no es suficiente para realizar los trabajos de canalización o limpieza de tajamares teniendo en cuenta que la retroexcavadora consume varios litros por hora y que mil litros de combustible es solo para tres días.
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Las autoridades municipales principalmente de la zona sur aguardan el apoyo económico que el director de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Nicanor Duarte Frutos, se había comprometido para la perforación de pozos artesianos y que hasta ahora esa ayuda tampoco llegó.
Mientras tanto varios productores siguen atados de pies y manos al no poder hacer nada sin el vital líquido.
Atentos
El intendente municipal de Paso de Patria, Antonio Gómez, señaló que los pequeños y mediano productores ya llegaron a sacar sus animales de los carrizales, pero que aún el agua no afectó las viviendas de los ribereños en esa zona. “Los pequeños y medianos productores lograron sacar todos sus animales, ahora las familias ribereñas todavía no abandonaron sus casas, pero ya estamos trabajando para evacuar en caso de que el agua siga subiendo, estamos muy atentos”, precisó.
No hay peces
Un pescador de la ciudad de Pilar, Antonio Villalba, explicó que a pesar de la subida del río Paraguay no hay peces. “Yo no sé si acabaron los peces o qué pasa, teníamos la esperanza con la subida del río de pescar algo, pero no sale, apenas puedo sacar tres puntos y sábalo y con eso apenas sobrevivimos” señaló el pescador.
Recordó que con la subida del río la corriente arrastra mucha suciedad y que es imposible pescar con espineles ya que las ramas cortan todo, y que solo hacen con redes pero que igual forma sale mucha suciedad.