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La familia de José Miguel Ozuna primeramente pasó momentos de angustia con la desaparición, luego con la búsqueda infructuosa; posteriormente, el hallazgo de los restos y finalmente la espera de 5 meses para la confirmación del ADN en los restos que fueron encontrados en el río Paraguay.
“Peño” sufría epilepsia y necesitaba de medicamentos para evitar convulsiones; los últimos datos que se tenía del niño luego de que haya salido de su casa es que habría estado caminando por el barrio, luego nadie más supo dar razón de él.
Entre junio y septiembre se realizaron varios rastrillajes en la zona de barrio Obrero, donde residía con su familia, y otras aledañas. Familiares y amigos se organizaron en brigadas para la búsqueda y también realizaron varias manifestaciones frente a la Fiscalía, solicitando mayor atención al caso.
Finalmente, el 3 de septiembre fue encontrado un cuerpo a orillas del río Paraguay, cuyas características en cuanto a prendas coincidían con las del niño. El cuerpo presentaba estado de descomposición, por lo que se requería otros elementos para la confirmación.
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Peño está siendo velado en su casa
El pasado lunes, la Fiscalía se comunicó con la familia, según comenta una de las hermanas de José Miguel, para informar que el resultado del ADN dio positivo.
Este jueves, los restos de Peño fueron entregados a la familia, que luego de 7 meses de la desaparición y 5 meses del hallazgo de los restos podrá darle el último adiós.
El pequeño está siendo velado en su domicilio ubicado en barrio Obrero, desde donde saldrá alrededor de las 09:00 rumbo a su última morada, que será el Cementerio del Sur.