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Transitar en cualquier horario por la calle Saturio Río, para cualquier paraguayo, es la peor pesadilla. La calle fue raspada hace más de dos meses para ser recapada por el municipio local. Sin embargo, los trabajos no se pueden concluir porque la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) se encuentra reparando cañerías.
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La calle Tekeda es famosa por no ser apta para el tránsito. Los vecinos afirman que las cañerías de la cloaca fueron reemplazadas hace 8 años, pero que a causa del trabajo mal hecho en cada lluvia los excrementos salen fuera de la cañería, y como consecuencia las calles se llenan de estos desechos, y el ambiente se infesta de pestilencia.
La misma situación presentan todas las calles de ciudad. Otro ejemplo es lo que se puede apreciar en la Avda. del Agrónomo y la Avda. Mcal. José Félix Estigarribia, a pasos del Campus Universitario de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). El lugar fue intervenido por la Essap, y la arteria hasta el momento no ha sido reparada por la comuna porque el trabajo corresponde al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), según dijo el intendente de municipal Felipe Salomón (ANR).
Estos lugares como es de costumbre se quedan con restos de arena lavada con la que se tapan los agujeros, como también los infaltables y los molestosos carteles de desvío, dejando los caminos más intransitables. Con los molestos obstáculos se forman con facilidad los cuellos de botellas, que enlentece el paso.
El intendente Felipe Salomón (ANR) dijo que los trabajos están tardando porque se buscan las llaves de las cañerías. “No se tiene registro donde puedan estar algunas llaves. Es por eso que se tarda mucho tiempo. Se tiene que recalcar que estos conductos son viejísimos y se busca solucionar el problema de raíz para que en otro momento el pavimento no se vuelva a romper”, explicó Salomón.
Escombros y asfalto
Estos inconvenientes no son los únicos. El principal acceso a la ciudad por la Avda. Mcal. López, el paseo central, está con restos de escombros y asfalto, y en ocasiones con las basuras que dejan los vendedores ambulantes. En el mismo sitio, la vereda que sirve de acceso a la Ciclovía se encuentra con constantes pérdidas de agua, lo que ocasiona el deterioro de las piezas de layotas.
Los barrios no quedan fuera del desorden. En el barrio San Francisco, en la Plaza de las Aguas, una enorme pileta se encuentra llena de agua con una cantidad inimaginable de larvas que convertidas en mosquitos son un peligro para los pobladores de la zona. En el barrio Villa Laurelty, tiene acongojados un vertedero clandestino a los residentes de la zona por ser uno de los focos del chikungunya.