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El miércoles próximo se procederá a la verificación técnica de los vehículos, con el objetivo de determinar el grado de infracción cometido en cada uno, y en base a eso, determinar las multas a ser aplicadas. Las tareas estarán a cargo de peritos de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA), de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de Argentina. Se dará intervención al representante paraguayo ante la delegación consular de nuestro país en la ciudad de Posadas (Argentina), cónsul Rolando Goiburú.
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Alrededor de 25 automóviles con chapa paraguaya están retenidos en la Aduana del vecino país, por presentar evidencias de que sus tanques de combustibles fueron modificados. Les fue agregado un segundo tanque, o algún elemento que permita la descarga del combustible.
También hay casos de modificación en el sistema de inyección de los vehículos, denominado “inyección inversa”, que permite descargar el combustible de su depósito. La modificación en las condiciones técnicas originales del vehículo no está permitida.
“El monto de las multas a ser aplicadas dependerá del grado de la infracción, pero presumo que serán elevadas”, sostuvo el cónsul Goiburú, quien hará el acompañamiento a los automovilistas durante el operativo de verificación.
El representante consular destacó que en esta temática del tráfico de combustible, hay un aspecto que no está siendo considerado por las autoridades pertinentes en nuestro país, y es la venta callejera del combustible, en transgresión a normas legales y de seguridad. “Es llamativa la proliferación de la venta en las calles y la no intervención de las autoridades”, señaló el diplomático.
Rentable negocio
Desde prácticamente la reapertura del paso fronterizo - tras casi dos años de cierre por causa de la pandemia del covid-19 - se produjo el “boom” de la compra de combustibles en las estaciones de servicio de la ciudad de Posadas. Las ventajas en un principio eran de hasta un 50 % menos en el coste, resultado de una marcada diferencia cambiaria favorable del guaraní respecto al peso argentino.
Ahora el margen es de 40 %
Actualmente, y pese a los últimos aumentos registrados en la orilla vecina, el margen de ventaja en precios es de un 40 %, en todos los tipos de combustible respecto de los precios a nivel local.
Esta situación derivó en la instalación de un nuevo rubro de negocios, consistente en la venta informal de combustible en la vía pública de la ciudad de Encarnación y distritos vecinos.
No existen normativas que prohíban cruzar la frontera con el tanque de combustible lleno, por lo que en rigor no constituye contrabando, salvo que se modifiquen las condiciones técnicas de los vehículos o se transporten en bidones.
La venta de combustible al público sí está regulada, pero en la práctica es letra muerta. Pululan puestos de venta callejeros en las rutas, calles y viviendas, a la vista de todos, sin que autoridad alguna tome intervención.
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Paseros de combustible
El transporte de combustible en tanques de vehículos particulares y su venta en el mercado informal dio paso a la aparición de una nueva figura en el comercio informal de frontera: la de los “paseros de combustible”. Algunos agregaron un tanque a sus vehículos, o ampliaron la capacidad del tanque original, con el objetivo de traer la mayor cantidad posible en cada viaje.
Existen “paseros” a ambos lados de la frontera. Los del lado argentino tienen la ventaja de comprar a un precio menor en las estaciones de servicio de la petrolera estatal YPF, que tiene prohibida a las estaciones de servicio de su emblema la venta de combustible a vehículos paraguayos.
Efectos “colaterales”
Los efectos “colaterales” de este negocio informal impactan en varios frentes. Uno de ellos es el ataque al comercio formal del rubro, que paga impuestos, mano de obra, y se somete a normativas para la habilitación de sus estaciones de servicio. Según informes de propietarios de surtidores, el año pasado sufrieron una merma de hasta el 60 % en la venta del carburante.
Otro efecto se ve en el puente internacional, con la saturación del sistema de circulación vehicular por un aumento exponencial de la cantidad de automóviles que cruzan. Algunos “paseros” realizan hasta cuatro viajes por día.
El sector comercial también sufre afectación, pues la demora para cruzar el puente (fácilmente de tres a cinco horas) desalienta la venida de turistas-compradores.
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El caos, las situaciones de violencia y hasta enfrentamientos se produjeron entre automovilistas por adelantamientos indebidos. Entre los “paseros”, se estableció un sistema de apoyo mutuo, mediante el cual se facilita el adelantamiento en las filas, generando todo tipo de quejas de los conductores.