Iglesia en Paraguay lamenta la partida del papa emérito Benedicto XVI

Referentes de la Iglesia Católica en Paraguay lamentaron la partida del papa emérito Benedicto XVI, quien falleció esta mañana a los 95 años de edad. Destacaron el legado de Joseph Ratzinger y recordaron principalmente su gran muestra de sabiduría, con aquella renuncia histórica al papado, en 2013.

Un profundo sentimiento de paz inunda los corazones de los miembros de la iglesia católica, porque según reconocen sus autoridades el papa emérito Benedicto XVI dio una gran muestra de sabiduría al renunciar al papado, y ahora que descanza en paz ya se encuentra en un lugar donde no hay dolor, sino la gloria eterna junto a Dios. Fue un estudioso, un papa de transición que en sus últimos años se dedicó a orar en silencio.
Un profundo sentimiento de paz inunda los corazones de los miembros de la iglesia católica, porque según reconocen sus autoridades el papa emérito Benedicto XVI dio una gran muestra de sabiduría al renunciar al papado, y ahora que descanza en paz ya se encuentra en un lugar donde no hay dolor, sino la gloria eterna junto a Dios. Fue un estudioso, un papa de transición que en sus últimos años se dedicó a orar en silencio.100322+0000 VINCENZO PINTO

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Miembros de la Iglesia católica paraguaya al conocer la noticia del fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI, a los 95 años de edad, tuvieron palabras de admiración y respeto hacia un papa que supo reconocer sus limitaciones, siendo un gran estudioso de la doctrina cristiana.

Monseñor Mario Melanio Medina significó que Benedicto XVI tenía mucha edad, cumplió su cometido como miembro de la Santa Sede, la doctrina de la fe, como obispo en Alemania y Papa.

“Un justo premio para la eternidad para quien cree como él y ahora tiene su paga: la gloria eterna, donde no hay dolor, ni muerte, sino alegría y paz. Es un premio a un ejemplo de tenacidad y sabiduría; (era) muy sabio, preparado. Y en hora buena es recibido por el Señor en el otro mundo de los santos, que nunca termina. Por un lado un dolor y también una inmensa alegría porque hay un santo más en el cielo”, reflexionó.

También apuntó que “el papa emérito Benedicto XVI fue una persona brillante, uno de los grandes intelecturales del siglo pasado y el actual. Un hombre extraordinario y en su santidad ha hecho todo lo que pudo hacer desde su puesto en el castillo en el ministerio de la fe, y luego como papa, máximo puesto al renunció porque se sentía disminuido, debilitado”.

Añadió monseñor que “él renunció; es una gran sinceridad de parte de él, acto que habla de su integridad, de su condición de hombre cabal, un ejemplo de gran celo y dedicación a la iglesia”.

Rector de la UCA: Benedicto XVI sorprendió al mundo

Por su parte, el presbítero Narciso Velázquez Ferreira, rector de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, tuvo palabras de admiración hacia el papa emérito Benedicto XVI.

“Creo que lo primero es que el papa Benedicto XVI cuando en el 2013 decide dimitir de su pontificado y alejarse del gobierno directo de la iglesia, en ese momento por una decisión que sorprendió al mundo entero, se hablaba de la sabiduría de este hombre de Dios”.

Justamente, “por haber tomado esa decisión que dentro del derecho canónico de la Iglesia está reservada como decisión única y exclusivamente del Papa. Él es el único que puede decidir renunciar, nadie le puede imponer, ni aceptar. Es la decisión libre y personal la posibilidad de renunciar al papado”, declaró.

“En ese momento expresaba que ha visto disminuir sus fuerzas y capacidad personal para responder a los requerimientos de la iglesia, y por ello ha tomado esa decisión. Pasaron nueve años y algunos meses; definitivamente hoy una vez más tenemos que confirmar la sorprendente sabiduría de este hombre de Dios”, refirió.

Benedicto XVI, un gran pensador, teólogo y docente

“Ha encontrado el camino donde veía que era necesario tomar esa decisión para que otro, el papa Francisco, tome el mando de la iglesia. ´Permítanme dedicarme a la oración´, dijo”, recordó.

El presbítero Velázquez Ferreira observó que “habiendo transcurrido nueve años desde el 2013, con 95 años, si él continuaba en esa misión, iba a sorprendernos por su empeño y entereza, pero él mismo ha sentido que disminuían sus fuerzas”, señaló.

“La noticia de su fallecimiento nos sorprende y embarga de tristeza por conocerlo, por sus dotes personales. Es patente la sabiduraía, la profundidad de sus reflexiones. Es considerado como un gran pensador, por sus dotes de teólogo, docente, aportes que con sus escritos quedan dentro de la historia”.

Añadió que “en medio de esos sentimientos damos gracias a Dios por todo lo que representan estos años, ha quedado enorme testimonio, en el silencio en que se mantenía con poca participación pública, solo cuando lo visitaba el papa Francisco”.

“Es parte de su propia personalidad; ha transcurrido sus años de docente, luego obispo y luego cardenal. Últimamente con el papa Juan Pablo II, y hoy como papa emérito deja un legado importante como persona y como pastor de la iglesia a la humanidad toda”, opinó el presbítero Narciso Velázquez Ferreira.

Benedicto XVI, un gran reformador

El padre Osvaldo Duarte, coordinador de la Misión Redentorista en el Paraguay, destacó que el papa Benedicto XVI, cuyo nombre de pila es Joseph Ratzinger, fue un gran teólogo de la iglesia. Y al asumir el papado se puso el nombre de “Benedicto XVI”.

“Benedicto XV fue un gran reformador de Europa, inspirado en él el papa Benedicto XVI es un gran estudioso, fue presidente de la Congregación de la doctrina de la fe que busca precisar los términos teológicos, la revelación de la verdad, la evolución de la teología en la iglesia”.

“Siempre fue una persona con un pulso muy firme, desde el comienzo se entendió su pontificado después de Juan Pablo II. Se entendía que él sería un papa de transición con respecto a lo marcado por Juan Pablo II”.

“Efectivamente lo fue porque estuvo menos tiempo de lo pensado para luego asumir el papa Francisco. Ha dado muestras claras, con una reforma de la curia pontificia, donde define a la iglesia misionera”, especificó.

“El gran legado es haber afianzado la iglesia en su doctrina, su disciplina, en su proyección hacia el tercer milenio. Al conocer la verdad que proclama la iglesia tiene que proclamar la doctrina cristiana”, finalizó.

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