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La destrucción de la futura Escuela Básica Primavera de la colonia menonita Bergthal causó indignación en la sociedad, en vista de que la institución tenía como objetivo abrirse a diferentes culturas y recibir a niños de otras zonas.
La obra estaba a cargo de un grupo de personas menonitas que se habían separado de la iglesia principal de la colonia y que buscan abrirse a la sociedad en general.
Los administradores de la Sociedad Civil Bergthal, cuya entidad es la dueña de las 8.000 hectáreas de predio de la colonia, no aceptaron esta situación y, a través de una orden judicial, demolieron toda la construcción que se estaba realizando en el sitio.
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La directora departamental del MEC, Lic. Alcira Benítez, indicó que en el sitio hay dos grupos sociales que están en conflicto; por una parte, las personas más conservadoras y la otra que pretende abrirse a la sociedad en general.
Dicha situación llevó a una disputa interna en la colonia. Comentó que la educación de los niños es un derecho primordial, innegociable e inquebrantable y que desde el primer momento ese fue el objetivo con la habilitación de la escuela Básica Primavera.
Indicó que, pese a la situación, el MEC no puede disponer dónde construir una escuela y no se puede intervenir en la intención de contar con una escuela de ensueños en el lugar.
Abogado y jueza aseguran que todo se hizo en el marco de la legalidad
El abogado de la administración de la Sociedad Civil, Raúl Portillo, comentó que antes de la construcción de la futura sede de la escuela, ya existía en el sitio una prohibición de innovar en vista de que el titular del usufructo del inmueble, Bernhard Krahn, había sido expulsado de la colonia menonita y debido a la situación existía un juicio de estimación de mejora que data de dos años atrás.
Aseguró que los lugareños no respetaron dicha situación y de igual forma iniciaron la construcción de la obra.
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Por su parte, la jueza en lo Civil de Caaguazú, María Ignacia Franco, comentó que desde el inicio del conflicto no se presentaron documentos del motivo de la construcción de la estructura y que judicialmente nunca se supo que el sitio sería para una escuela.
Indicó que a esta situación se suma que los denunciados por el hecho no siguieron en forma el proceso judicial y todas las demandas quedaron firmes y ejecutoriadas.
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El conflicto en la zona continúa y hasta el momento no existen indicios de que la disputa religiosa y social del sitio sea subsanada. Los 80 niños de la escuela están dando clases en salas habilitadas en la iglesia menonita local de la colonia.