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Si bien la legislación paraguaya permite la aplicación de medidas alternativas a la prisión, no todos apuntan a la restauración del daño y de las personas participantes del hecho (víctima y victimario), normalmente las medidas se remiten a mero cumplimiento del proceso, pero no a sanar la cuestión de fondo. Estos temas fueron abordados en el III Congreso Internacional sobre Justicia Restaurativa y Terapéutica desarrollado en San José Costa Rica.
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Durante el encuentro, expertos coincidieron que en la justicia ordinaria, la víctima es citada un montón de veces para los fines indagatorios del proceso, y que normalmente no hay una mirada en la persona afectada.
Desde el enfoque de la Justicia Restaurativa lo que se busca es reconstruir las relaciones entre víctima y victimario, de manera que el que cometió el delito asuma su responsabilidad del hecho y se comprometa a una reparación, siempre que sea posible y que la víctima así lo permita, ya que tampoco es posible aplicar a todos los hechos punibles o delitos.
En dicha actividad, Paraguay al igual que México, Costa Rica, República Dominicana y España han compartido experiencias sobre la aplicación de la Justicia Restaurativa y Justicia Terapéutica en distintos ámbitos como la delincuencia juvenil, consumo problemático de drogas e incluso en temas de violencia de género, y que han tenido buenos resultados en cuanto al cumplimiento del proceso y la reinserción social de los procesados.
Enfoque restaurativo bajó nivel de reincidencia en delitos
En la experiencia de Paraguay, el Juez Penal de Adolescentes de la ciudad de Lambaré Camilo Torres compartió en el citado congreso internacional sobre la aplicación del Programa de Justicia Juvenil Restaurativa en la jurisdicción. Mencionó que desde su aplicación piloto en el 2016 hasta la fecha, han observado muy buenos resultados.
El nivel de reincidencia de jóvenes que cometieron delitos y que están dentro de este programa es alrededor del 8%, frente a la de reincidencia de delitos por parte de adolescentes privados de libertad que incluso supera el 50%, según detalló.
Mencionó que el adolescente es evaluado por un equipo multidisciplinario compuesto por fiscalía, defensa, trabajador social y sicología. El mismo ingresa al programa de manera voluntaria, durante el tiempo que dure su proceso, y se le asignan medidas socioeducativas como la obligación de asistir a la escuela/colegio, participar en las redes de apoyo, talleres didácticos, tareas comunitarias, entre otras actividades que fomentan la reinserción social y la reparación del daño.
Entre los delitos más comunes cometidos por adolescentes que ingresan al programa son por ejemplo aquellos relacionados a tenencias de estupefacientes, hurtos, o exposición al peligro.
La reinserción social es posible
Torres dijo que en la experiencia del Programa de la Justicia Restaurativa se ha observado la reinserción social de decenas de adolescentes muchos de ellos ya cursando carreras universitarias, trabajando, cooperando en la comunidad, desarrollándose en distintas áreas dentro de país, y en el extranjero. En ese sentido, destacó el rol de las redes de apoyo para dar seguimiento al proceso de integración a la comunidad de los adolescentes que cometieron algún error y que están dispuestos a dar un cambio en su estilo de vida y ser mejores ciudadanos.
Si bien la experiencia en el Juzgado de Lambaré con la Justicia Restaurativa es positiva; el desafío de instaurar este nuevo enfoque de la justicia penal más completa y humanitaria hacia los demás juzgados del país, es inmenso y requiere voluntad de las autoridades judiciales, como también de una sensibilidad social, para dejar de ver que solo la justicia ordinaria punitiva o castigadora, como la única alternativa.
Experiencia de otros países
En la experiencia de otros países como México y Costa Rica, el programa de Justicia Restaurativa ha sido exitosa y ha contribuido con el propósito de la reinserción social. Ambos países reportan un alto nivel de efectividad (más del 90%) de los procesos que ingresan en este programa.
Cabe señalar que Paraguay, al igual que Costa Rica, México y República Dominicana forman parte de la cooperación triangular Adelante2, apoyado por la Unión Europea y las Universidades españolas de Vigo Santiago de Compostela.
Esta alianza tiene la finalidad de intercambiar experiencias de los países participantes en la aplicación de la Justicia Restaurativa y la Justicia Terapéutica.
La Justicia Terapéutica, una materia pendiente
Al igual que la Justicia Restaurativa, la Justicia Terapéutica busca dar otra mirada al proceso penal, ocupándose del problema de fondo. Varios países de A. Latina vienen implementando con éxito en especial en delitos relacionados con la tenencia de drogas, un tema pendiente en nuestro país que podría ayudar no solo a disminuir la población en cárceles, sino tratar el tema de raíz, la rehabilitación de los adolescentes y jóvenes en consumo abusivo de drogas.
La tenencia de drogas o delitos relacionados con el consumo y abuso de estupefacientes es uno de los más frecuentes en nuestro país, la mayoría de los jueces otorgan sanciones penales que van desde procesos abreviados hasta privación de libertad, dependiendo de la gravedad. Si bien se cumple con los procesos que establece la ley, el problema de fondo continúa, lo que hace que esta persona vuelva reincidir en delitos muy rápidamente y sin posibilidad de rehabilitarse.
Una experiencia muy positiva y que están explorando algunos países en la región es la Justicia Terapéutica que ha permitido no solo que el proceso culmine exitosamente, sino que a través de dicho programa muchos lograron superar su dependencia a las drogas y se integraron a la sociedad, mejoraron su relación familiar, se estabilizaron en su ocupación laboral, entre otros beneficios.
Experiencias en A. Latina
Uno de los casos que fue expuesto por la Cooperación Triangular Adelante2 en el marco del III Congreso Internacional de Justicia Restaurativa, es la experiencia de México, que ha adoptado el Programa de Justicia Terapéutica desde el 2015, logrando resultados exitosos en jóvenes que cometieron delitos influenciados por el consumo de drogas y la tenencia de sustancias ilegales.
En la experiencia de México, cuentan con un Juzgado especializado donde la persona es evaluada y monitoreada desde el área Terapéutica (clínico, sicológico y siquiátrico), la Fiscalía, Defensa, Trabajador social, mientras dure el proceso y con un seguimiento de un año posterior a la culminación del proceso.
En entrevista con ABC, la Dra Francisca Fariña Rivera catedrática de Psicología Básica y Jurídica de la Universidad de Vigo, España y expositora del evento dijo que la finalidad de la Justicia Terapéutica es que el Tribunal no solo pueda dar una respuesta legal al conflicto, sino resolver la causa del mismo. Para ello busca que la ley y su aplicación tengan un impacto positivo en las personas, siempre respetando el debido proceso y la tutela judicial efectiva y restantes valores constitucionales.
Según detalló, la Justicia Terapéutica se centra en el papel que desempeña la ley y su aplicación como agente terapéutico para promover el bienestar psico-emocional de los usuarios del sistema legal, además persigue la humanización de la Justicia
A la vez comentó que la Justicia Terapéutica promueve, entre otras cuestiones, procesos más justos, erradicando actuaciones paternalistas para dar paso al respeto, a la dignidad y al valor de cada ser humano y a su derecho a tener voz en todos los procesos que le impliquen.
No busca sustituir el proceso
La profesional destacó igualmente que la Justicia Terapéutica no busca sustituir el proceso penal tradicional o ser una nueva opción, sino complementarlo a partir de medidas que permiten abordar la problemática de fondo y de manera integral y que su plus se encuentra en su mayor capacidad de resolución de conflictos y rehabilitación