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Todo comenzó en el día de la defensa, cuando una adolescente del último año de bachillerato se presentó vestida con el uniforme de gala, con pantalones y camisa de ao po’i, junto con sus compañeros de curso para defender el proyecto final de grado. Según relató la defensora de la Niñez y Adolescencia, Blanca Valenzuela, la menor siempre acudió a la institución educativa de esa manera, nunca utilizó pollera.
Sin embargo, ese día la directora decidió hacerle un desplante. “Le dijo que no iba a escuchar su defensa por haberse presentado con pantalón, dio un discurso discriminativo por su orientación sexual y se retiró de la mesa evaluadora”, detalló la defensora pública.
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Luego de esa situación, la adolescente quedó tan afectada que no pudo defender su proyecto. La defensora pública relató que incluso la directora le advirtió a la madre que su hija no iba a graduarse de esa manera y le hizo firmar un documento en el cual renunciaban a ese derecho.
La defensora resaltó que la adolescente es una alumna ejemplar, destacada por sus notas y por haber participado en muchos concursos representando a su institución educativa, siempre utilizando el uniforme de pantalón y camisa.
Finalmente, logró graduarse en pantalones
A raíz de estos actos de discriminación, la madre y la adolescente se presentaron ante la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de J. A. Saldívar.
La doctora Valenzuela planteó ante el Juzgado de la Niñez una medida cautelar de protección a favor de la menor, basándose principalmente en la Constitución Nacional, que establece los derechos a la libre expresión de la personalidad (Art. 25), de la protección del niño (Art. 54) y el derecho a la educación y sus fines (Art. 43).
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La directora intentó alegar el estatuto del colegio, que establece uniformes para hombres y mujeres, pero la defensora resaltó que la norma principal es la Constitucional Nacional y presentó varias otras normativas internacionales relacionadas a los derechos humanos y a los derechos de la niñez.
Finalmente, el Juzgado determinó garantizar su acceso a los eventos a realizarse en el colegio y ordenó que el Ministerio de Educación y Ciencias disponga de todas las condiciones necesarias para su cumplimiento. Además, determinó que el MEC debía garantizar la vigencia de sus derechos y prohibir todo acto de discriminación.
El juzgado también dispuso la intervención a la Psicóloga Forense del equipo técnico multidisciplinario. La defensora resaltó que el asesor jurídico del MEC se comprometió a cumplir con la orden y finalmente eso sucedió.
La adolescente pudo recibir su título de bachiller con pantalones.