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Tras sufrir la mordedura de una serpiente venenosa, un niño de siete años fue trasladado desde Curuguaty hasta el Instituto de Medicina Tropical (IMT), ubicado en Asunción, para recibir atención médica por la gravedad de su caso.
Ya en ese establecimiento, el menor finalmente presentó una muerte cerebral y en la tarde de este jueves, el director del IMT, Dr. Óscar Merlo, confirmó su deceso.
Por su parte, el doctor Miguel Cardozo, director médico de ese instituto, calificó que es sumamente “lamentable” lo que ocurrió con el menor, que finalmente falleció por las complicaciones tras la mordida de una jarará.
“Hizo manifestaciones hemorrágicas cerebrales; sangró el cerebro y esa es la causa de la muerte”, explicó el médico en comunicación con ABC Cardinal.
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Mortalidad por mordeduras de serpientes es baja, asegura
Asimismo, Cardozo detalló que en el IMT reciben alrededor de 100 a 150 casos de mordeduras de serpientes al año y de esta cifra, 1 de cada 100 pacientes llega a fallecer.
“Hay mortalidad. Es baja pero hay y lastimosamente le tocó a este niño”, dijo, detallando también que en el Hospital Distrital de Curuguaty hubo un correcto procedimiento médico pero ya en el lugar el pequeño estaba presentando condiciones neurológicas, por lo que se decidió su traslado a su capital.
Asimismo el doctor reiteró que hay varios antídotos distribuidos a lo largo de los distintos centros médicos del país para estos casos y entre las recomendaciones de actuación ante una mordedura, reiteró que la aplicación de un torniquete puede empeorar mucho más aún el cuadro.
“Las mordeduras dependen mucho, si la serpiente se alimentó o no, si hay sequías o no e incluso el tamaño de la serpiente, mientras más grande, más veneno inocula. En el Instituto se hizo todo lo posible por este pequeño, lastimosamente le tocó un sangrado del cerebro, llegamos a registrar como tres casos que yo recuerde”, finalizó.