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Mons. Claudio Giménez inició su homilía en Caacupé, dirigiéndose explícitamente a la juventud paraguaya. El tema que desarrolló fue “El protagonismo de los jóvenes en la sociedad”.
Manifestó que en este novenario se encuentran con la juventud y pidió que los mismos actúen en la sociedad como agentes de cambio.
“Es muy grande lo que se confía a los jóvenes, pero no es imposible de lograrlo. Las nuevas generaciones deben aportar sus ideas, propuestas y desafíos”, expresó el obispo. Destacó que los jóvenes no deben quedarse mirando lo que pasa a su alrededor deben actuar.
Señaló que lamentablemente hay signos de decadencia en la sociedad como: la droga, eso descompone a los jóvenes y últimamente hasta a los niños.
También se refirió a la confusión de los sexos, dijo: “Comprendemos a las personas que están en esa situación y tenemos que ayudarles a caminar como corresponde”.
Recordó un pensamiento filosófico: “Si naciste hombre actúas como hombre, si naciste como mujer tienes que actuar como mujer”.
La corrupción
El obispo Giménez habló sobre la corrupción generalizada y expresó su preocupación e indignación por todo lo que ocurre en la actualidad. “La corrupción generalizada nos pesa, nos duele y nos molesta. La violencia se vuelve cada vez mayor y todo eso, son signos que nada tienen que ver con un país que quiere ser próspero”, indicó.
Dijo que las generaciones de los jóvenes son la esperanza y con seguridad manifestó su fe en que los jóvenes aportarán lo mejor de sí para el cambio, y para la grandeza de nuestra patria.
Monseñor recalcó a los jóvenes a que se animen a proponer la nueva evangelización del Paraguay.
Así también recordó a San Juan Pablo II, y mencionó que el mismo había dicho que “empieza la nueva evangelización del Paraguay”.
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Señaló que en su momento no entendían lo que el había dicho, y hoy después de mucho pueden darse cuenta que lo que San Juan Pablo II, había dicho era cierto.
Durante su homilía preguntó a los jóvenes si aceptan el desafío de cambiar para bien a nuestro país, entre tanta gente en la explanada de la Basílica, se pudo visualizar que algunos respondieron que si.
“Se animarían realmente a tomar esa bandera y sacar adelante ese desafío, de eso se trata que hoy muchos jóvenes sean elegidos por Dios para anunciar su evangelio, que esta iglesia sea el alma de una patria nueva, de un país diferente”, puntualizó monseñor Giménez.
Al finalizar la santa misa, Claudio Giménez realizó una salutación especial y bendijo a la colectividad paraguaya de diferentes países, que siguen la transmisión del novenario de la Virgen de Caacupé.