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Una impresionante multitud de jóvenes participó de la 25ª peregrinación juvenil a Caacupé. Los mismos se concentraron en el Seminario Mayor San José, que se encuentra en la entrada de la ciudad. Allí desde la mañana participaron de una convivencia reflexiva y musical, y un poco más de las 15:00 iniciaron la caminata hacia el santuario donde arribaron una hora antes para iniciar la animación de la misa que luego fue presidida por el obispo de San Pedro Apóstol y asesor de la Pastoral Juvenil Nacional, Mons. Pedro Jubinville.
En el manifiesto que dieron a conocer, los jóvenes se refieren a la situación que viven en la sociedad. “Somos conscientes de la realidad de nuestra sociedad, porque en muchas ocasiones somos las víctimas de un sistema que nos condena, por ejemplo a no recibir una educación de calidad; con esto no le estamos echando la culpa a los docentes, sino al sistema, a la estructura política que trunca sin piedad el derecho de la educación digna y con calidad en infraestructura. Unos tienen la posibilidad de recibir la educación, pero otros no la reciben porque hay lugares del país donde no hay instituciones educativas, o no hay rubros para profesores, porque se reparten solo por las ciudades cabeceras o por favores políticos”, expresa el documento.
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La falta de trabajo es otro de los males que deben soportar y en ese sentido afirman que no tener empleo es la consecuencia de la falta de educación. Afirman que el desempleo, o un empleo informal, solo ayuda a tapar agujeros. “A veces incluso con educación, no se encuentra, porque el mérito de un empleo en muchas ocasiones es tener un padrino; a raíz de eso vemos y sufrimos la presencia de personas no preparadas en puestos, cargos para los cuales ellos no se han preparado y que las decisiones que toman nos afectan directamente”, dice el documento. Aclaran que hay muchas personas preparadas, pero a consecuencia de una política injusta, la mediocridad castiga fuertemente.
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Según el padrón del TSJE para las Elecciones Generales del 2023, los votantes de entre 18 a 39 años suman 2.612.262 personas, lo que representa el 53.55% de un total 4.873.706 inscriptos para votar. Por primera vez en las historia electoral de Paraguay los jóvenes, con sus votos, pueden decidir quiénes serán los gobernantes.
Sobre las próximas elecciones, en el manifiesto señalan que ahora todos los candidatos prometen todo y luego no cumplen nada. “Nos impresionan con la capacidad que tienen para mentir, para crear falsas esperanzas, y con propuestas populista y con una sociedad tan necesitada y en medio de tanta desesperación muchos vuelven a creer a confiar sufriendo después el abandono”. Piden a los político no usar “el dolor, la pobreza de familias, el hambre, la enfermedad para ganar un voto”. Instan a discernir bien para elegir a las futuras autoridades, y enfatizan “JAVOTA KUAKENA”.
Candidatos con cuentas con la justicia
En otra parte del documento de los jóvenes advierten que muchos de los candidatos que pugnan por altos cargos tienen pendientes con la justicia, otros quieren hacer un rekutu con las mismas promesas no cumplidas; en consecuencia, aseguran que si son de nuevo electos, “seguiremos igual”. Los políticos han perdido la vergüenza, la moral. “Nos duele ver y escuchar que todo se soluciona con el dinero”, afirman.
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“Queremos, señores y señoras candidatos, que honren el cargo al que postulan, que hablen con la verdad, que prometan lo real, lo que pueda cumplirse, y dejen de mentir descaradamente. Somos una sociedad en la que nos conocemos todos, y la mayoría de las cosas que se dicen son ciertas”, piden a los políticos.
En este panorama de aplazo en educación y falta de empleo, la salud no se queda atrás. Al respecto, afirman que los jóvenes sin empleo no acceden, ni pueden acceder a seguros privados, al seguro de IPS; si padres tienen, solo hasta los 18 años alcanza a los hijos, y nadie se hace cargo de esa situación. “Se ahorraría mucho más en cárceles si hubiera más educación y trabajo. La falta de lo esencial genera frustración, que muchos no saben manejar, y causa depresión, ansiedad, miedo”, resalta el manifiesto.
Igualmente repudian la inseguridad, que según dicen, es consecuencia de un Estado ausente y de un sistema corrupto que solo se preocupa de su propia existencia, “tenemos bien claro el caso de los hermanos secuestrados como Edelio Morínigo, Félix Urbieta, Óscar Denis”. Agregan que la corrupción y la impunidad son consecuencias de una justicia que es ciega ante el dolor-sufrimiento de tantas familias.
El ahora
“Nosotros somos la esperanza, pero también somos el AHORA, hoy, desde aquí, debemos comprometernos a vivir como Jesús nos enseñó en las bienaventuranzas, como nos demostró al acercarse a todos los que lo necesitaban sin juzgarlos, pero invitándolos a seguirlo”, dice en alusión al protagonismo en la sociedad.
Finalmente, enfatizan en el manifiesto que “el país mejor que anhelamos depende de nosotros, somos los que podemos hacerlo, porque creemos en nuestro potencial, y porque quien nos guía y es nuestro modelo de joven es Jesús, y también nuestra madre María”.