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La festividad de la Virgen de Caacupé sin lugar a dudas tiene un montón de historias que contar a lo largo de todo el Paraguay. Además de cumplir las promesas, claramente la Villa Serrana tiene un fuerte ingreso económico durante estos días, algo sumamente celebrado por los comerciantes tras los años de pandemia.
Una de estas historias nos traslada a “Lili Spa”, donde varios fieles acercan sus imágenes de la Virgencita para que su cabellera y vestimenta se vea reluciente. Una mayoría de estas personas también tienen sus respectivas promesas e incluso algunas cortan su propio cabello para ponerle a la imagen, cuenta la propietaria Lilian Fariña.
Por ejemplo, Marta Saucedo acercó su imagen de la Virgen que le acompaña ya hace catorce años y cuenta que mediante ella, su hija se curó milagrosamente de una pancreatitis y también bendice siempre su hogar.
Por otra parte, el pequeño Aaron relucía un corte de cabello nuevo, ya que su padre tenía una promesa y finalmente cortaron la cabellera del pequeño para ponerla a la Virgencita.
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Spa para la Virgen de Caacupé: ¿Qué hacen?
“Es muy emocionante porque trabajamos de lleno y amor con la Virgencita. Es una imagen demasiado grande para nosotros”, cuenta Lilian, quien va indicando qué hacen con las distintas imágenes de la Virgen de Caacupé que llegan a este spa.
Mediante variados procesos, van tratando el cabello que tienen estas imágenes e incluso en algunos casos se utiliza el cabello de los mismos promeseros o fieles, pero siempre tratándose de pelo natural y no sintético, aclara.
El cabello se cose y hace una “cortinita”, luego mediante un pegamento especial van colocando este preparado a la imagen que seguidamente es llevada a la pileta para un lavado y tratamiento con productos especiales para que los rulos “duren muchísimo y el cabello sea brilloso y sedoso”.
“Todo es totalmente cosido, cada mechita tiene que tener quince centímetros. Al final le colocamos un spray para darle mucho brillo y tenga perfume el cabello”, cuenta Fariña, indicando también que este servicio cuesta 320.000 guaraníes y dura aproximadamente dos horas.
“Mi familia es muy devota a la Virgencita que cuida y bendice a todos. ¿Cómo me iba a faltar la Virgen en mi local? todo fue muy emocionante porque desde la primera vez que le tuvimos, nos dimos cuenta que no nos faltaban más las bendiciones, tenemos salud y una tranquilidad que transmitimos a todos. Que cada uno tenga una imagen de Tupasy Caacupé, le devolverá la fuerza para seguir luchando”, finalizó.
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