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Saturnino Medina es el encargado de cumplir la promesa de traer la Virgen al santuario de Caacupé desde de Corrientes. Explicó que esta peregrinación se inició en el año 2000 y este año se cumplen 21 años de esta hermosa actividad que llena de alegría los corazones de los fieles católicos.
Señaló que llevan adelante esta peregrinación luego de dos años de pausa, a causa de la pandemia y hoy retornan con mucha emoción para agradecer por tantos favores recibidos junto a la Virgen de Caacupé. “Los caacupeños nos reciben con tanto amor y eso nos hace felices”, expresó.
Medina cree, confía y tiene la fe en la Virgen de Itatí porque lo ha ayudado bastante, en varios aspectos de su vida. “Volver después de dos años de pandemia es algo que nos llena de satisfacción, una gran felicidad. Estamos con sentimientos encontrados”, dijo.
Con emoción Medina relató que en esos dos años de pandemia les faltó esa inyección de llegar hasta la casa de Tupasy Caacupé y mencionó que hoy gracias a Dios, a la Virgen de Caacupé y a la Virgen de Itatí, pueden volver a reencontrarse.
“Estoy emocionado por estar de buena salud por todo lo que ya pasamos durante la época difícil de la pandemia, y hoy poder compartir con mis seres queridos, es realmente una bendición”, apuntó.
En la santa misa de las 19:00 realizaron la procesión desde la plaza a la explanada de la basílica, donde luego participaron de la misa que fue presidida por Mons. Ignacio Gogorza, obispo emérito de Encarnación.
En la explanada se pudo visualizar una gran cantidad de visitantes argentinos que llegaron con sus banderines para participar de la eucaristía.