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A solo siete días del inicio del novenario de la Virgen de Caacupé, los trabajadores de la Villa Serrana, se encuentran en un arduo trabajo. Los mismos afirman que fines de semana hay una llamativa visita de personas a la ciudad incluso entre semana.
Cristhian Belotto, vendedor de imágenes de santos, manifestó que la expectativa de los trabajadores es muy grande, pues todos los días reciben a una gran cantidad de peregrinos que llegan a la basílica y luego recorren los negocios para llevarse el “Caacupé poty” a los familiares.
Expresó que luego de años difíciles que han tenido que soportar, los comerciantes de Caacupé, tendrán en esta oportunidad la posibilidad de repuntar y recuperar todo lo que no se pudo vender en años anteriores.
“La expectativa es grande, todos los días recibimos a visitantes. Vienen desde muy lejos, hasta del extranjero y con gusto los atendemos” dijo Belotto.
Relató que cuenta con una santería desde hace más de 10 años. Explicó que es un trabajo familiar que lo llevan adelante de generación en generación con orgullo y dedicación.
Su stand se encuentra ubicado al costado de la basílica de Caacupé. En el lugar se puede adquirir la imagen de la Virgen de Caacupé en diferentes tamaños a partir de G. 10.000, 50.000, 120.000 y 200.000 guaraníes.
“La festividad de la Virgen de los Milagros de Caacupé atrae a mucha gente. Eso nos emociona y sabemos que con su bendición lograremos obtener buenas ventas”, aseveró.
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Asimismo, en la Villa Serrana también se puede observar al tradicional caballito que ya forma parte de la historia de la capital espiritual. Alrededor de la Basílica se encuentra el clásico caballito que es muy admirado por todos los niños y niñas. Montarlos y sacarse una foto, con la basílica de fondo, es invalorable recuerdo para la posteridad.
Mario Sanabria es un joven que lleva adelante este trabajo con su familia hace 36 años. Señaló que esta actividad ya forma parte de su día a día y le llena de satisfacción, pues los niños son los que más disfrutan al acercarse al caballito.
Manifestó que se siente muy contento al ver a la ciudad de Caacupé con tanto movimiento. Teniendo en cuenta que vuelven a trabajar de forma continua, después de dos años de pausa a causa del covid-19.
Indicó que en un día, solo por la mañana, recibió a 20 familias, lo cual le suma una ganancia de G. 400.000.
”Recibimos a mucha gente y eso nos alegra. Nos ayuda bastante, estamos preparados para todo lo que se viene y esperamos a los peregrinos con entusiasmo”, expresó Sanabria
En torno al tradicional caballito se puede ver a varias familias y especialmente a los pequeños que se acercan para tomarse fotos montando a la réplica del animal. Sanabria destacó que llevarse este recuerdo se ha convertido en algo característico y tradicional de Caacupé. El costo de las tomas sobre el caballito es de 20.000 guaraníes.
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Carmen Ruiz Díaz, chipera de la ciudad de Caacupé, señaló que se encuentra muy satisfecha por la concurrencia de la gente. Indicó que desde este noviembre han tenido una notable visita de peregrinos y turistas que no dudan en comprar y probar la deliciosa chipa caacupeña.
Mencionó que no hay un día que no se agote su producción y eso es algo que los alegra bastante, pues gracias a la venta de chipas, puede llevar el pan de cada día a su familia. Su puesto de ventas se encuentra ubicado al costado de la basílica de Caacupé.
La trabajadora oferta sus chipas a partir de 5.000 y aseguró que con otras vendedoras de la zona esperan que este año se congregué una cantidad récord de peregrinos en la ciudad, ya que desde temprano la gente acude al santuario y luego ya pasan a realizar sus compras. “Estamos seguros de que tendremos buenas ventas con la bendición de la virgencita de Caacupé” puntualizó.