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La Mesa Directiva del Senado convocó este lunes al director del Instituto Nacional de Estadística (INE) para que este rindiera cuentas sobre la gestión realizada en el marco del Censo 2022.
Al funcionario se le realizaron muchas preguntas, y también duras críticas, pues recordemos que el censo no alcanzó la cobertura deseada, y una enorme cantidad de personas se quejó de que los encuestadores no llegaron a sus casas.
“Nos reciben bien”
Sobre el punto, Ojeda respondió que en estos días los censistas están visitando hogares para completar la cobertura en su totalidad. Aseguró que “el mal humor que se ve en las redes sociales no se refleja en las personas que cuando las visitamos nos reciben bien, nos dicen que nos esperaron pero están muy predispuestos a responder”.
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Se le cuestionaron también otros puntos, como la compra de tapabocas por G. 144 millones, sin que sean realmente necesarios en la actualidad. A esto respondió que efectivamente hicieron esta compra, a un valor unitario de G. 500 por cada tapabocas, y que los adquirieron porque planearon el censo en el 2018, y en ese momento copiaron el modelo de México. En total se compraron 288.000 tapabocas.
Tapabocas no se desperdiciarán, dicen
Luego, relató, con la pandemia vieron que era más que necesario pues se corría riesgo de que viniera una segunda ola. Aseguró que estos barbijos no se desperdiciarán, pues están esperando el visto bueno del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para donarlos al Ministerio de Salud.
Ante todos los cuestionamientos, el director del INE respondió en forma genérica que “No podemos hablar de un censo fracasado, porque estamos a mitad de camino”.
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Con respecto a la credibilidad de la institución, pese a que los senadores le insistieron en que esta se había perdido, Iván Ojeda se mantuvo en que “el INE goza de la confianza de la gente. En estos días que estamos llegando a las casas para completar el censo, nos dan su información, nos siguen esperando de la mejor manera”.
“Tuvimos fugas”
El funcionario insistió en que se reconozca que para el censo, su equipo “trabajó muchísimo”.
Describió la organización humana como “una de las mayores movilizaciones de voluntariado quizá después de la guerra del Chaco. Movilizamos cerca de 90.000 personas que sí realizaron el trabajo. Tuvimos fugas pero la credibilidad va a darse cuando terminemos el censo”, argumentó Ojeda.
Con respecto a los menores de edad que trabajaron, el director del INE explicó que esta participación fue fiscalizada y aprobada por el Ministerio de la Niñez y el MEC. “Podían trabajar ero con autorización de los padres y la tutoría de docentes. En ningún momento se le expuso a ningún nivel de riesgo”, aseguró.
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Datos de transparencia “están en línea”
En cuanto a la rendición de cuentas, sostuvo que los datos están transparentados en línea y que los documentos sí pasaron por la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas.
“Esta publicada la rendición de cuentas en nuestro portal web y en la Contraloría. Seguimos políticas del BID que es condición para dar el crédito y todos los llamados fueron publicados. Tuvimos varios filtros”, explicó.
Resaltó que para este trabajo movilizaron a 200.000 personas, y subrayó que todos los gastos están justificados. Aseguró que la transparencia la van a demostrar “en todas las instancias que haga falta”.
“Se darán cuenta”
Comentó que cuando el censo culmine “la ciudadanía se dará cuenta que estamos ante un censo exitoso, con cobertura metodológicamente aceptable”.
Iván Ojeda informó que irán hasta el 24 de octubre con la recuperación de datos de personas no censadas en zonas urbanas. Al mismo tiempo se seguirá coincidente con el censo rural e indígena.