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Mientras el Instituto de Previsión Social (IPS) se derrumba y se hunde en la crisis por falta de insumos, medicamentos, reactivos de laboratorio y equipos médicos, Vicente Bataglia, presidente del Consejo de Administración, no ha parado de solicitar permisos por motivos de viaje y vacaciones.
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El responsable de dirigir el seguro social, pidió permiso del 24 de septiembre al 1 de octubre último para viajar a Marruecos, África, donde participó del Foro Mundial de la Seguridad Social, realizado por cuatro días. Posteriormente se tomó vacaciones del 2 al 7 de octubre, según consta en la resolución 057-002/2022 emitido el 20 de septiembre por el Consejo de Administración del IPS.
Este mes, una vez más el presidente del IPS solicitó permiso, esta vez para realizar un viaje a Buenos Aires, Argentina.
En esta ocasión, el viaje es para participar del Seminario de Seguridad Social, a cargo de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, desarrollado el 9 y el 10 de noviembre. Lo confirmó a ABC, José Urizar, responsable de la Dirección Financiera y Administrativa del IPS.
Entretanto, la crisis que sobrelleva la previsional, hundida en carencias, se agrava.
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El desabastecimiento, que ya es extremo, podría ser total si el ente no paga una millonaria deuda a las empresas proveedoras de insumos, reactivos de laboratorio, medicamentos y equipos médicos.
El monto adeudado a las empresas farmacéuticas supera los US$ 240 millones, según Luis Ávila, secretario general de la Cámara de la Industria Química Farmacéutica del Paraguay (Cifarma).
Elevados gastos de bolsillo, denuncian asegurados
El déficit crónico del IPS afecta a miles de asegurados, que reclaman a diario prestaciones médicas supuestamente garantizadas por el seguro social, pero que no hay.
De forma constante, los aportantes de la previsional se ven obligados a realizar el desembolso de elevados montos para poder tratar sus dolencias.
Benicia Albrecht, presidenta de la Asociación de Pacientes con Lupus, comentó, por ejemplo, que debe comprar mensualmente micofenolato mofetil, una medicina que cuesta G. 2 millones por caja.
Albrecht precisó que su consumo es de 4 cajas por mes, es decir que solo por ese fármaco está pagando G. 8 millones mensualmente.
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Gloria Villasanti, presidenta de la Asociación de Pacientes Oncológicos, también resaltó el pesar de los diagnosticados con cáncer, que desde hace tiempo denuncian la falta de numerosos fármacos, todos de muy elevados costos, imposibles de pagar por el asegurado. “La falta de medicamentos es una triste realidad”, dijo.
Los pacientes crónicos son justamente quienes más padecen de las carencias de la previsional.