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Para implementar el programa “Topa Ñembyahýi “ o “Hambre Cero″, que se enmarca dentro del plan de lucha contra la pobreza, la Municipalidad de Yaguarón firmó convenio con las supervisiones de la zona, organizaciones no gubernamentales, WWF Paraguay y Kopia Paraguay de la cooperación internacional de Gobierno de Corea. Las entidades sin fines de lucro acompañaron financiando parte del proyecto municipal que demandó una inversión de aproximadamente G. 60 millones.
En este proyecto se trabajó por seis meses con alumnos que implementan Iniciación Profesional Agropecuaria (IPA) en sus instituciones, pero trabajaron en sus casas en la producción agrícola y de aves, explicó el responsable del Departamento de Agricultura de la Comuna local, Ing. Sergio Gómez.
En el acto de clausura, el intendente Luis Rodríguez (PLRA) manifestó que desde el 2019 vienen implementando este programa en las instituciones que cuentan con IPA. Felicitó a los escolares por el empeño que pusieron y que les permitió generar ingresos a sus familias, contar con alimentos para el hogar y ofrecer productos frescos en las ferias que organizan.
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Agregó que tiene proyectado seguir el próximo año con el programa “Topa Ñembyahýi o Hambre Cero y que, dependiendo del presupuesto, pretende incorporar más instituciones educativas. También espera seguir contando con el apoyo de las organizaciones que vienen acompañando con financiación el proyecto educativo.
El ejecutivo comunal agregó que proponen asegurar un planeta vivo, que sea sustentable y una población más próspera, de tal forma que los padres sigan acompañando a sus hijos en la preparación de huertas de autoconsumo porque en la juventud y la agricultura está cifrada la esperanza para que el país salga de la pobreza.
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Asistencia técnica y de insumos
Las escuelas que este año fueron beneficiadas con el programa son Victoriano Arámbulo, de la compañía Saguazú; Curupayty, de la compañía Curupayty; Cerro Guy, Dona Catalina Salinas, de la compañía Guayayvity;, así como Panamericana de la compañía Peguahó.
Este año los alumnos recibieron 1.550 aves y 2.015 kilos de balanceados para alimentar a los pollitos. Cada estudiante llevó las aves a su casa y con el respaldo de sus padres y otros integrantes de su familia prepararon el gallinero, se encargaron de la alimentación, faenamiento y comercialización en las ferias.
Marcedes González, alumna de la escuela de la compañía Saguazú, mencionó que el proyecto municipal les ayuda mucho para tener sus huertas y poder generar ingresos con las ventas de sus productos agrícolas. Ahora también con las aves que en 45 días alcanzaron entre 3 y 4 kilos y que venden a G. 35.000 cada una.
Estudiantes y docentes de las carreras de Zootecnia e Ingeniería Agronómica de una universidad privada, con sede en el municipio de Itá, acompañaron con asistencia técnica a los alumnos y sus familias en las fincas.