Incidentes no impidieron asunción de nuevo párroco en Itauguá

ITAUGUÁ. En la mañana de este domingo, un grupo de fieles trató de impedir la celebración de la misa y la asunción del nuevo párroco y vicario de la parroquia Virgen del Rosario. Los mismos no están de acuerdo con la remoción del padre Andrés Cardozo, quien deja la administración luego de 22 años.

Incidentes ante asunción de párroco en Itauguá.
Incidentes ante asunción de párroco en Itauguá.

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El obispo de la Diócesis de San Lorenzo, monseñor Joaquín Robledo, celebró esta mañana la eucaristía de bienvenida al nuevo párroco de la parroquia Virgen del Rosario de la ciudad de Itauguá, presbítero Celestino Brítez González, y del vicario parroquial, presbítero Antonio Vázquez Olmedo, en reemplazo del padre Andrés Cardozo, quien deja el lugar luego de 22 años. El mismo había asumido en febrero del año 2000.

Remoción de sacerdote fue comunicada a la Fiscalía, Comisaría y Municipalidad

El decreto en el que se comunica al sacerdote Andrés Cardozo que ya no estará a cargo de la parroquia Virgen del Rosario de la ciudad de Itauguá fue remitido a las autoridades locales.

Según comentaron los feligreses, la nota fue llevada a la Fiscalía, Comisaría y Municipalidad, con el fin de garantizar el orden durante la misa y la apertura del templo.

Por su parte, Cardozo emitió un comunicado a la comunidad en que manifiesta que se siente “atropellado” por el obispo Joaquín Robledo, de la diócesis de San Lorenzo, quien firmó su remoción del cargo. Además, aseguró que no se retirará.

Los feligreses que se encuentran de acuerdo con la salida de Cardozo cuestionan el supuesto autoritarismo con que se maneja la Iglesia y aseguran que, como consecuencia, la comunidad está dividida.

Otro de los puntos que alegan en su contra es que la parroquia no cuenta con grupos juveniles y que no se asiste a la misa del Jueves Santo, además de no abrir el museo que está a cargo de la Iglesia.

Señalan que “la gota que colmó el vaso” fue que no dejó ingresar al templo el cuerpo de un diácono casado antes de ser llevado al cementerio.

Por su parte, el sacerdote alega, en este caso en particular, que el culpable de que el féretro de la persona no haya ingresado al templo fue un funcionario municipal que se comprometió a anotar en un libro que utilizan para el efecto, pero que no lo hizo.

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