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Los abogados Édgar Sánchez y Erick Sautu, defensores del joven de Sri Lanka, quien denunció al embajador de Qatar por haberlo violado mientras trabajaba como chef en la sede diplomática, afirmaron que dependen de la Cancillería para que esta notifique al país de Qatar sobre los hechos que se le atribuyen al encargado de negocios, Saeed Hamad M.J. Al-Marri.
Aseguraron que para el agente del Ministerio Público Leguizamón “no hay dudas de que el hecho se cometió”, y que la única traba sería que el fiscal de Asuntos Internacionales, Manuel Doldán, no está notificando a la Cancillería de la grave denuncia, argumentando que el diplomático tiene “inmunidad”.
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“Inmunidad no puede ir por encima de impunidad”
Los defensores técnicos del joven denunciante sostuvieron que la inmunidad no puede estar por encima de la impunidad.
El abogado Eric Sautu detalló que el fiscal Manuel Doldán se basa en la Convención de Viena para alegar que el diplomático tiene inmunidad en el ejercicio de sus funciones.
Sin embargo, el jurista desafió al doctor Doldán a que le demuestre “en qué parte de las funciones diplomáticas figura poder abusar sexualmente de un trabajador”.
Notificaciones llegan al mismo denunciado
Los defensores lamentaron además que deben soportar cuestiones increíbles en el marco de este caso, como por ejemplo que las notificaciones de la Cancillería sobre la denuncia se envíen a la Embajada de Qatar, es decir, llegan a manos del mismo diplomático denunciado.
Comentaron que el joven está resguardado dentro del departamento Central, pues fue amenazado de muerte por unos hombres extranjeros no identificados, que lo ubicaron mediante la ubicación de su celular, y estuvo a punto de ser dañado gravemente.
El equipo jurídico de los doctores Édgar Sánchez y Eric Sautu comenzó a defender al joven luego de que este radicó su denuncia en una comisaría, y desde ese momento lo resguardaron.
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Denuncia se hizo en agosto
Los hechos denunciados datan del mes de agosto, y hasta la fecha no hubo repercusión del gobierno qatarí sobre el caso. El fiscal de la causa, doctor Federico Leguizamón hizo un “trabajo impecable”, a criterio de los defensores. Sin embargo, le dijo a los abogados que está “atado de pies y manos porque el diplomático goza de inmunidad”.
El abuso sexual se encuadra como crimen según el artículo 128 del Código Penal, recordaron los profesionales del derecho.
Lo contrataron como chef
El joven fue traído a la Embajada de Qatar para desempeñarse como chef en el mes de febrero pero a partir de marzo, relató el abogado, “el embajador empezó a pedirle que le haga masajes, a los que se negó y luego cedió por insistencia”.
Según relato del defensor técnico, después de unas 7 veces de masajes, el diplomático habría solicitado sexo oral. Ante la negativa de la víctima, lo quiso forzar y el trabajador tuvo que encerrarse en su dormitorio.
Siempre según el abogado Sautu, al día siguiente de la negativa, el embajador habría agarrado al empleado del cuello y lo habría amenazado con matarlo si contaba a alguien de lo sucedido.
“A partir de ese momento empezó a maltratarlo, le hacía lavar el baño, le hacía trabajar hasta las 23 horas, pese a que él vino como chef”, relató el doctor Eric Sautu.
También, según los defensores, le decía múltiples ofensas xenofóbicas, e incluso mandó a sacar las llaves de hacia adentro de su dormitorio.
La noche en que ocurrió el abuso
Posteriormente, el primero de junio por la noche, estando el joven dormido, el diplomático habría ingresado a su pieza y cometido el hecho de abuso.
Al día siguiente, el joven denunció que amaneció con una hemorragia, por lo que le solicitó al embajador atención médica.
Luego de insistirle mucho, lo envió junto con un chofer al sanatorio La Costa, y los abogados sostienen que mediante esta atención tienen documentado el diagnóstico de la grave lesión que sufrió la víctima debido al abuso.