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El pescador Samuel Ramírez se mostró más que contento por la captura, aunque no es la primera vez que se lleva una sorpresa de este tipo, según comentó. En el año 2016 logró capturar, también en cercanías al barrio Mbói Ka’ê, una enorme raya de 160 kilos, y fue un acontecimiento que causó revuelo por el extraordinario tamaño del animal.
También este año Ramírez pescó un surubí de 28 kilos, y un pacú de 14 kilos, todos en la amplia cancha de río ubicada frente a la ribera del barrio Mbói Ka’ê.
“Yo soy pescador comercial, me dedico permanentemente a la pesca. Sabemos que hay especies grandes en el río que se mantienen en las profundidades, pero esta vez, posiblemente por la crecida se movieron”, señaló el pescador.
El dorado capturado este fin de semana cayó en un espinel desplegado en la zona de Mbói Ka’ê, y se utilizó como carnada una boga carpa.
El pescador admitió que fue una grata sorpresa cuando durante la revisión del espinel se encontró con una de las presas más preciadas y deseadas, el afamado “tigre del río”.
En el pasado era frecuente obtener pescados de mucho mayor tamaño que este inclusive, pero con la construcción de la presa hidroeléctrica, a la altura de la ciudad de Ayolas (Misiones) se cortó el paso natural de esta especie, que emigra aguas arriba del Alto Paraná para desovar.
El dorado no es un pez de aguas quietas, sino de correntadas. Con el embalse provocado por la represa toda la zona que comprende desde Misiones, aguas arriba, conocida como el Alto Paraná, el río disminuyó considerablemente su velocidad de escurrimiento.