Conamuri celebró 23 años de su fundación

A 23 años de la fundación de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas (Conamuri), la coordinadora nacional, Alicia Amarilla, hace una reflexión sobre lo que significa ser mujer inserta en un territorio rural hasta el punto de vincular su existencia a la tierra y a la producción agraria.

Alicia Amarilla, coordinadora nacional de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas (Conamuri).
Alicia Amarilla, coordinadora nacional de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas (Conamuri).gentileza

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En 1999 se fundó la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri, luego de un largo proceso de diálogo y entendimiento. Actualmente, sus bases se encuentran en 12 departamentos del país, abarcando varios distritos de ambas regiones.

Alicia Amarilla, coordinadora nacional de Conamuri menciona que no sabría explicar el sentido de pertenencia que tienen las mujeres campesinas e indígenas con respecto a la naturaleza. “Las plantas que cuidamos para hermosear la casa, donde cada flor es un regalo, el cariño que ponemos al guardar semillas para cultivar en un futuro, esos momentos de trabajo que son a la vez rituales donde la luna nos señala qué semillas plantar, cuándo cosechar”.

El arandu ka’aty (la sabiduría popular) de las mujeres del campo y una larga tradición oral, que se transmite de madres a hijas, de abuelas a nietas, hace que sepan identificar qué variedades de granos y semillas sirven para cada necesidad y en qué momento utilizarlas. “La huerta es nuestro segundo hogar, la chacra un almacén para alimentar a nuestra familia. Nosotras sabemos por experiencia cuánto de la producción usar para que dure hasta la próxima cosecha”.

El orgullo de la mujer rural es compartir sus conocimientos en la chipa guasu, en la sopa, en la elaboración del alimento cotidiano. Es la forma que tiene de compartir con otras mujeres, ese intercambio de receta. La cocina campesina e indígena ese también es un espacio de comunicación. Mientras se cocina hablan más íntimamente, ahí sale todo tipo de situaciones que se viven en el ámbito doméstico, incluso casos de violencia.
El orgullo de la mujer rural es compartir sus conocimientos en la chipa guasu, en la sopa, en la elaboración del alimento cotidiano. Es la forma que tiene de compartir con otras mujeres, ese intercambio de receta. La cocina campesina e indígena ese también es un espacio de comunicación. Mientras se cocina hablan más íntimamente, ahí sale todo tipo de situaciones que se viven en el ámbito doméstico, incluso casos de violencia.

¿Por qué a las mujeres rurales les afecta más el cambio climático?

Para Alicia Amarilla, oriunda del distrito de Repatriación, departamento de Caaguazú, dice que “Porque afecta la producción. Nuestra economía es lo que nosotras producimos para la venta o para el trueque, elaboración casera de harina de maíz, almidón, queso, huevo, gallina que criamos para consumo y venta. Si no hay producción, nuestra economía se resiente y, contrario a grandes exponentes de la agroexportación, la agricultura de pequeña escala no tiene políticas públicas en qué sostenerse”.

“El orgullo de la mujer rural es compartir sus conocimientos en la chipa guasu, en la sopa, en la elaboración del alimento cotidiano. Es la forma que tiene de compartir con otras mujeres, ese intercambio de receta. La cocina campesina e indígena es también un espacio de comunicación. Mientras se cocina se habla más íntimamente, ahí sale todo tipo de situaciones que se viven en el ámbito doméstico, incluso casos de violencia”, expresa al responder sobre lo que caracteriza a las mujeres rurales.

“También el conocimiento empírico y la medicina natural son una fortaleza. Las mujeres campesinas hoy en día han rescatado esa sabiduría propia de los pueblos indígenas, muy arraigado en nuestra esencia, saberes que se transmiten oralmente”, finaliza.

Cabe destacar que el pasado 15 de octubre se recordó el Día Internacional de la Mujer Rural, fecha en que fue fundada la organización pero en 1999.

Las mujeres se dedican a la conservación de las semillas nativas y criollas para la producción a futuro. También suelen realizar ferias para intercambiar semillas y productos orgánicos.
Las mujeres se dedican a la conservación de las semillas nativas y criollas para la producción a futuro. También suelen realizar ferias para intercambiar semillas y productos orgánicos.
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