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Monseñor Joaquín Robledo presidió la misa central en honor a la Virgen del Rosario, protectora espiritual de la localidad de Itauguá, y pidió a los fieles laicos a comprometerse para luchar contra la corrupción que se apodera del país y buscar la igualdad social.
Dijo que en el país existen aún muchas familias sin casa y sin tierra, y que grandes extensiones de propiedades se encuentran en poder de unos pocos. Esa desigualdad debe de denunciar un laico cristiano.
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Agregó que los laicos deben actuar en todos los ámbitos, político, social, deportivo, buscar transformar el Paraguay, y no dejarse dominar por la corrupción, que tanto daño ya ha causado en nuestro país.
“Es importante que los laicos estén también en la vida política, social y económica, para ir obrando una transformación en nuestro país, en nuestra iglesia también, y en todas partes se tiene que tomar conciencia del quiebre de los valores morales desde hace ya un buen tiempo”, expresó el prelado.
Defender los DD.HH. y el bien común
Reiteró que el laico pertenece a su Iglesia y a su país, y por eso debe participar en lo social, en lo cívico y en lo político. De política auténtica y que sirva al bien común, que trabaje por la dignidad de las personas y defender los derechos humanos.
“Necesitamos laicos que estén en la vida pública, la sociedad, la cultura, la educación, la política, la economía, el trabajo, la tierra, la vivienda. Sabemos que estos son grandes carencias en nuestro país, porque tenemos mucha gente sin vivienda, que sufre por no tener un pedazo de tierra . Algunos se apropian de grandes extensiones y otro sin nada”, reflexionó el religioso.
También pidió seguir los ejemplos de la Virgen María, quien pese a ser la madre de Dios, ella siempre fue obediente y fiel servidora del Señor. Instó a no separarse de Jesús, quien siempre es misericordioso con los hombres de bien.
Procesión por el microcentro
Tras la celebración eucarística se realizó la tradicional procesión de la sagrada imagen de la Virgen del Rosario, protectora espiritual de la ciudad, por el microcentro. La marcha fue acompañada por una multitud, como todos los años.
La imagen fue sacada a pulso del predio del templo y luego abordó una camioneta, adornada para trasladar a la protectora y los fieles acompañaron caminando, animados por una banda de músicos.
Tras el recorrido por las diferentes calles, la imagen regresó al templo, para recibir a los fieles durante todo el día.