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En la ciudad de Itauguá son 28 los nuevos artesanos, todos itaugüeños, que participaron de un taller intensivo durante varios meses, con instructores de la misma ciudad. Estos nuevos tejedores de diferentes edades nunca antes habían hecho un ñandutí.
Entre los alumnos había niños, jóvenes y personas adultas, que esperan ansiosas la otra parte del proyecto, que es un taller con diseñadores que vendrán de Japón para seguir con la capacitación, mientras sus trabajos ya comienzan a ser comercializados.
Proyecto “Branding para el ñandutí”
2014: la antropóloga japonesa Yoko Fujikake, presidenta de la Fundación Mitaí Mitakuñaí, visita por primera vez la ciudad de Itauguá y se reúne con tejedoras de ñandutí, con las que inicia la primera parte del proyecto.
Comenzó llevando los productos a su país, organizando capacitaciones para las artesanas y las visitaba una o dos veces al año para llevar los tejidos, algunos ya sobre pedido.
El proyecto quedó en pausa por la pandemia, pero se retomó el año pasado y este 2022 se iniciaron los talleres.
Primeramente, fue la capacitación para instructores, que serían luego los encargados de enseñar a futuros tejedores de ñandutí.
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Finalmente, se realizó la capacitación para los 28 alumnos que hoy son los emergentes tejedores de ñandutí de la ciudad de Itauguá, con reconocimiento de la Comuna local y el apoyo de la Fundación Mitaí Mitakuñaí para la comercialización y próximas capacitaciones.
Yoko Fujikake explicó que al hablar con las tejedoras se dio cuenta de que ellas vendían sus productos a un precio muy diferente al que llegaba al comprador, por lo que los más beneficiados eran los intermediarios, es por eso que vio la necesidad de que la venta sea “directa del artesano al comprador, sin intermediarios y al precio justo”.
Los productos son vendidos actualmente a través de internet, por lo que las artesanas pueden seguir “la ruta” de su elaboración, señala la antropóloga.
“No dejen de tejer el ñandutí”
Otro de los aspectos que, a través del mencionado proyecto, pudo ver Yoko fue que son muy pocos los jóvenes que siguen la tradición familiar del tejido. “Esta tradición que viene de generación en generación se corta y eso es preocupante, porque es un patrimonio nacional, es un tejido que enamora, que embellece y que donde uno lo vea sabe que es paraguayo”.
Pidió que “no dejen de tejer el ñandutí”, que sigan enseñando a las nuevas generaciones, y felicitó a los nuevos tejedores, porque entre ellos hay mujeres ya jubiladas que se animaron a comenzar un nuevo proyecto de vida, así como una niña en edad escolar que ya es una tejedora y ejemplo para su generación.
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Fundación Mitaí Mitakuñaí
Esta organización nació gracias al amor que despertó Paraguay en el corazón de la antropóloga Yoko Fujikake, que pisó tierra guaraní por primera vez hace casi 30 años como voluntaria de la JICA.
Trabajó en los sectores más vulnerables de nuestro país durante varios años, conoció los departamentos más pobres y se enamoró de la hospitalidad y el cariño que le brindaron siempre.
Decidió ayudar primeramente con un grupo de amigas japonesas, pero luego se dio cuenta de que podía hacer más. Así nació la Fundación Mitaí Mitakuñaí, que apoya en materia de educación a varias escuelas de zonas golpeadas por la pobreza y también ayuda a mujeres del campo a conocer mejor los elementos con que cuentan en su entorno para una mejor alimentación.
Y ahora trabaja en el Proyecto Ñandutí, apoyado por la Universidad Nacional de Yokohama, donde Fujikake es rectora y sus alumnos hacen intercambios con estudiantes paraguayos, además de investigaciones entre ambos países.