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Durante la ceremonia de Colación de Grado de la carrera de Medicina y Cirugía de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), la mejor egresada, Giuliana Cattivelli Murdoch, quien recibió el diploma y la medalla de honor al mérito, sorprendió con un enérgico discurso donde denunció diversas irregularidades.
Ante la presencia de la rectora de la UNA, Zully Vera de Molinas y del decano Osmar Cuenta Torres, decano de la Facultad de Ciencias Médicas, la joven no escatimó palabras para enfatizar las privaciones que debe tolerar el estudiantado para lograr un título universitario.
En su reflexión, la mejor egresada sostuvo que cada graduado en la jornada, apenas forman parte de ese 1 de cada 10 paraguayos que se inserta el sistema educativo, “privilegiados” que cuentan con las circunstancias para llegar al título universitario.
Giuliana resaltó también el “vacío que los títulos de bachiller dejan, reflejo de la calidad de un sistema educativo que disocia lo segundario de lo superior”. La joven resaltó que el hecho es solo un reflejo más de la brecha marcada por el poder adquisitivo y la disparidad de oportunidades.
Graduada criticó malversación de fondos y corrupción
La recientemente graduada rememoró durante su discurso la malversación de fondos y la corrupción dentro de la Universidad Nacional de Asunción y que “lastimosamente los procesos de reforma y revolución no fueron suficientes ni sostenibles, lo que propició el retorno de funcionarios sumariados sobre los cuales caen sendas denuncias”.
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En otro momento, Giuliana recordó el intento de reforma del estatuto de la UNA. Destacó que este se caracterizó por medidas arcaicas como la “limitación del escalafonamiento docente para extranjeros y la resistencia de establecer la paridad estamental en los órganos de gobierno”.
Todos los estudiantes tienen los mismos derechos
La joven continúo diciendo: “veo con preocupación cómo la politización de la facultad se reactivó en la población estudiantil”.
“Los estudiantes no necesitan contar con el favor, el agrado o el visto bueno de nadie. Todos son merecedores de los mismos derechos y de encontrarse en una posición de igualdad”, resaltó.
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En otro momento, la mejor egresada cuestionó que la educación médica actual, todavía dista bastante de considerar al estudiante y médico en formación como un ser humano con necesidades básicas. Resaltó por ejemplo que la privación del sueño o la alimentación no colabora en mejorar la atención médica de calidad que se espera del residente médico.
“Si el fin supremo de la universidad fueron los estudiantes, la situaciones de violencia sistémica serían tomadas con seriedad. Las notas firmadas por las valientes que se animan a denunciar el uso de contenido misógino en clase, quedan archivadas y olvidadas detrás de alguna que otra risa y el comentario: de cosas peores van a pasarte y vas a tener que aguantar”, lamentó la joven.
Giuliana comentó además que los profesionales médicos que constantemente menosprecian y discriminan a las mujeres y los casos de abuso de poder deben ser sancionados con la gravedad que amerita.
La joven dijo ver con ilusión cómo actualmente las mujeres renuncian al confort del silencio, animando a sus pares a resistir y llevar la causa de un trato digno a las instancias necesarias.
Viejos conocidos de una marea roja arrasó con los sueños, dijo egresada
“Desde su concepción, la salud y la política y hablo de la actividad política y no de la política partidaria existen en simbiosis. Es el médico residente mal pagado, mal descansado y en ocasiones pobremente supervisado el que recibe las consecuencias de décadas de mala gestión en el gobierno”, resaltó la mejor egresada en otro momento.
Giuliana destacó que los responsables materiales y morales de la desidia y gestión deplorable son “viejos conocidos” y pertenecen a la misma “marea roja” que arrasó con los sueños de tantas personas.