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¿Qué lugares mostrarías a alguien que quiere conocer la capital? Una de las respuestas más rápidas que surge es el microcentro histórico de Asunción, donde entre varios puntos, se destaca el Panteón Nacional de los Héroes, ubicado en la calle Palma.
La calle Palma, que toma su nombre de la trilogía que adorna la bandera (Palma, Estrella y Oliva) es tan importante para la capital del país que dio pie al acuñamiento del verbo “palmear”, que significa pasear por el centro, con amigos, mirando vidrieras o simplemente disfrutando.
Entre un constante “tira y afloja”, sea mediante ferias, convirtiéndola en peatonal o por fechas festivas, las autoridades municipales hablan siempre de “revitalizar” este espacio para que alguna vez se asemeje a lo que llegó a ser y vuelva a concitar la atención del público.
A fines de julio, la mudanza del Lido Bar que operó por casi 70 años en la icónica esquina frente al Panteón Nacional produjo una herida en el corazón de muchos asuncenos, que vieron el mismo local, en la misma intersección a lo largo de toda su vida.
Hace pocos días, también el local de la cadena de comidas rápidas McDonald’s optó por abandonar esta calle.
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Calle Palma actualmente
¿Qué se puede encontrar hoy en la calle Palma?
Esta no es la primera vez que la calle Palma sufre el abandono del público y de las autoridades municipales. A fines del milenio pasado y principios de este ya se la veía sucia y abandonada. Pero en el año 2011, durante los festejos del Bicentenario de la Independencia Nacional tuvo un revival.
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La calle fue iluminada y se organizaron actividades al aire libre, de manera sostenida, que atraían a los ciudadanos a ocupar los espacios públicos. Hasta era posible hacer un paseo en carroza con caballos. Pero no duró mucho, y la inseguridad volvió a pasar la factura.
El comercio en la calle es uno de los puntos llamativos que forman parte de la “experiencia” actual al ir caminando por las veredas.
A ambos flancos se encuentran productos falsificados o de imitación de marcas famosas (como bolsos, carteras, camisetas o anteojos), maletas o alfombras.
También hay improvisados puestos de venta de productos de contrabando ingresados desde Argentina. Hay vinos, productos de limpieza, o alimenticios.
Los cambistas también tienen sus spots fijos, a la espera de los dólares o reales de los clientes.
Es un clásico también cruzarse con indigentes y mendigos. Algunos simplemente deambulan sin rumbo, con la mirada perdida bajo los efectos de alguna droga y otros que solicitan algunas monedas o algo de comer a los transeúntes. Otros sencillamente se tienden en las veredas o zaguanes a dormir.
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Comercios cerrados o en alquiler
Otro ingrediente que contribuye a la desolación general es la gran cantidad de locales comerciales cerrados y otros que están a la venta o alquiler. Hay varios en cada cuadra y algunos están muy abandonados y en franco deterioro.
El abandono los ha convertido en urinales y el hedor amoníaco se siente en varios puntos. En ciertos segmentos de las veredas muchos motociclistas dejan sus motos estacionadas.
La Galería Central tampoco es ya lo que fue en su momento de auge cuando bullía con la presencia de turistas extranjeros y compradores locales, atraídos por la oferta de electrónica. Allí se encontraban productos novedosos y siempre era posible regatear el precio o comparar hasta encontrar lo que uno buscaba a buen precio.
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Pandemia, inseguridad y economía
¿Qué causó esta nueva etapa de decadencia en la calle Palma? Sin dudas, la pandemia, y sobre todo la forzosa cuarentena, hicieron que miles de personas dejaran de concurrir al centro de la capital, tanto visitantes extranjeros como funcionarios y trabajadores de la zona, que pasaron a hacer home office.
Pero antes de eso, la inseguridad reinante ya le había puesto la cruz a esta calle. La crisis económica es otro factor determinante para el abandono, así como el surgimiento de nuevos polos de desarrollo inmobiliario, en zonas más nuevas y planificadas.
Entre comercios que abandonaron Palma además de los ya citados, figuran Carlito’s Way Bar & Restó, Martel, locales de electrónica en las galerías Central y Colonial y también locales de la Galería Palma. El Lido Bar y Martel decidieron mudarse en las cercanías, mientras que otros cerraron de manera definitiva.
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Inversiones, nuevos locales y otros que siguen atrayendo
No todo son malas noticias sobre la calle Palma. Así como muchos comercios bajaron las cortinas y dijeron adiós, otros han abierto sus puertas y campeado las adversidades con propuestas creativas. Es el caso del hotel Palmaroga, en Palma entre Montevideo y Ayolas, que restauró un edificio de principios del siglo XX y abrió un nuevo restaurante, en plena pandemia, La María Cocina & Carbón.
La tienda Bazzar, con su colorido techo de sombrillas y una decoración estridente que copa toda la esquina de Palma y Ayolas se convirtió en un atractivo que cada fin de semana y a la noche atrae sobre todo a jovencitas que buscan lugares instagrameables para sesiones de fotos.
Otro invitado al baile relativamente nuevo es El Bodegón, que aterrizó en Palma con el certificado de preparar las mejores milanesas de Buenos Aires, así como Arsenal Cué, que ocupa la que fue propiedad del presidente paraguayo Cándido Bareiro (1878-1880).
Después de leer estas historias y ver las imágenes que la ilustran, volvemos a la pregunta del comienzo: ¿Le mostrarías la calle Palma a alguien que quiere conocer Asunción?