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Argentina y Paraguay se salvaron, por ahora, de un desastre en el Pilcomayo. El 23 de julio último se registró una fuga de desechos en una mina ubicada en el poblado de Agua Dulce, en las afueras de la ciudad de Potosí.
Agua Dulce se encuentra en las montañas donde nace el Pilcomayo y el cauce donde está la mina desemboca en el río.
Una vez que los residuos llegan al Pilcomayo, ya no hay forma de contener las aguas y menos aún los metales pesados.
Agua Dulce está ubicado a 60 kilómetros del Pilcomayo. Si los residuos quedaron a medio camino fue gracias a la temporada de sequía. No había agua suficiente para facilitar el escurrimiento.
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Bolivia confirmó que desechos llegaron hasta el kilómetro 32
Desde Bolivia confirmaron que los residuos llegaron hasta el kilómetro 32, sin alcanzar los 60 kilómetros que hubieran arrojado al Pilcomayo los peligrosos metales pesados.
A la sequía se une la rápida reacción de los técnicos bolivianos quienes establecieron líneas de contención a los desechos. Estos equipos funcionaron porque el caudal del río que desemboca en el Pilcomayo está sin agua.
Argentina y Paraguay tomaron conocimiento de inmediato de la fuga de desechos gracias al sistema de alerta temprana establecida en la Comisión Trinacional del Pilcomayo.
No es el primer incidente
El 29 de agosto de 1996 se produjo una catástrofe ambiental al romperse el dique de desechos de la mina de Porco, administrada por la empresa Comsur, del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
La rotura de la represa causó el derrame de 235.000 toneladas de lodo tóxico y de 180 residuos sólidos de plomo, arsénico y cianuro de sodio.
La magnitud extraordinaria del desastre y la contaminación del Pilcomayo convirtieron a las minas en tema de interés para medios nacionales e internacionales al hablarse de contaminación ambiental.
En 1996, la represa de la mina de Porco era un modelo en materia de protección al medio ambiente. Tenía sistema de control automatizado, alarmas y monitoreo las 24 horas.
Lluvias inusuales para el mes de agosto presionaron con fuerza las paredes de la represa y el resultado fue la destrucción del dique que era ejemplo de protección.
¿Qué exige Bolivia para la construcción de represas?
Bolivia exige a las minas la construcción de represas para contener los desechos. Esta estructura se conoce como “dique de cola”.
La cola es un lodo altamente tóxico compuesto por una serie de residuos donde sobresalen plomo, arsénico y cianuro de sodio.
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Los desechos quedan dentro de las represas donde forman una suerte de pileta, con el paso del tiempo se van compactando hasta integrar una masa dura.
En Agua Dulce se vertieron 14 mil toneladas de desechos y el incidente demuestra que el sistema no tiene la fiabilidad que puede exigirse para proteger un río cuyas aguas son compartidas por tres países.
Para Bolivia, la explotación minera es fundamental en su economía, pero la fragilidad de los mecanismos de protección de desechos aumenta la responsabilidad del país andino en la protección de toda la cuenca del Pilcomayo.
No hay residuos tóxicos en el cauce
El Ministerio del Ambiente de Bolivia junto con la Gobernación del departamento de Potosí confirmaron en la semana que feneció que los residuos tóxicos no llegaron hasta el cauce del Pilcomayo.
La Gobernación de Tarija, limítrofe con Paraguay, se expidió en igual sentido.
Municipios bolivianos que se extienden a la vera del Pilcomayo reclamaron de inmediato el estudio de las aguas del Pilcomayo, por el temor que genera una eventual contaminación.
La pesca que gira en torno al Pilcomayo implica una gran cantidad de puestos de trabajo sobre todo para personas de escasos recursos. La posibilidad de que no puedan consumirse los peces del río, sobre todo el sábalo, tiene ribetes de desastre económico en el vecino país.
En Bolivia el tema ambiental genera una gran sensibilidad, sobre todo cuando se trata de desechos de las minas. Los bolivianos conocen mejor que nadie el nivel de toxicidad que pueden alcanzar los residuos. Un desastre minero impacta en primer lugar en Bolivia.
Desastre de Porco, niveles dantescos
La frase “la espada de Damocles” se utiliza para reflejar la presencia de un peligro inminente o de una amenaza.
Esta frase simboliza mejor que ninguna otra el riesgo que constituye para la Cuenca del Pilcomayo la actividad minera en las montañas de Bolivia.
El río Pilcomayo nace en las montañas de Potosí y sus aguas se alimentan de las lluvias de verano, aunque una creencia tradicional equivocada atribuye sus repuntes de caudal al deshielo de los Andes.
En el departamento de Potosí se concentran las principales minas de Bolivia y los compuestos que se utilizan son altamente tóxicos, basta con citar el cianuro y el arsénico.
En la Cuenca Alta, las montañas actúan como embudos que recogen las aguas de lluvias y las depositan en el Pilcomayo a través de un sinnúmero de cauces menores,
El accidente de julio pasado, en Agua Dulce, se produjo en un río que es afluente del Pilcomayo. En las montañas, la colecta de agua se encuentra interconectada en forma natural.
Tuvimos suerte que fuera época de sequía, de lo contrario el Pilcomayo hubiera recibido esas 14 mil toneladas de desechos tóxicos.
Contaminación ambiental
En la madrugada del 29 de agosto de 1996 la situación fue completamente diferente: el “dique de cola” de la mina de Porco se rompió y 235 mil toneladas se depositaron en las aguas del Pilcomayo.
Semejante cantidad de desechos tuvo un impacto dantesco en el ecosistema del Pilcomayo, sobre todo en Bolivia, pero la Cuenca Baja no dejó de sentir las consecuencias negativas del desastre de Porco.
Se llegó a detectar metales pesados en la víscera de los peces así como en los huesos. Se recomendó no consumir la carne seca de pescado o “charque”, que es una forma habitual de conservación en las comunidades indígenas.
Todos los cursos de agua en Bolivia, aguas abajo de la mina de Porco, dejaron de ser potables para las comunidades ribereñas.
Al bajar en la planicie chaqueña, el Pilcomayo riega miles de hectáreas de las mejores pasturas naturales del Chaco paraguayo.
La posibilidad de un suelo contaminado con minerales pesados cerrará nuestra carne a los mercados.
El tema de las minas en Potosí es fundamental también en Paraguay.