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Unos 200 devotos de la Virgen María se congregaron frente al templo de la Natividad de María en Guarambaré en la noche de hoy para exigir la realización del vito de dinero durante la víspera de la fiesta patronal, evento suspendido por el párroco, Marcos Wilk.
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Una importante dotación policial resguardó el edificio parroquial, pero los fieles sólo se ubicaron en la plaza para protestar contra la determinación del sacerdote. “No estamos en contra del párroco, pero no aceptamos la determinación de prohibir toda una tradición, como es el vito”, expresó el edil colorado, Sergio Ortellado.
Igualmente, otro promesero, Trigidio Franco, alegó que cumple con el rito de tirar dinero desde la torre de la iglesia desde hace más de 60 años cada 7 de septiembre.
“Esta es una tradición de más de 100 años y ahora se prohíbe. Ya no vamos a permitir una iglesia verticalista y dictatorial, porque este templo es del pueblo católico y nuestros antepasados lo construyeron”, expresó Franco.
Por su lado, la pobladora Zulma Casartelli indicó que el templo es de todos los católicos y que un sacerdote no puede prohibir una tradición que identifica a la ciudad. Aseveró que los fieles son los que mantienen esa iglesia.
Anuncian vigilia permanente
Los promeseros indicaron que estarán en vigilia permanente y que solicitarán a la municipalidad la instalación de un escenario para realizar el vito frente mismo a la parroquia.
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Los manifestantes también negaron que haya ocurrido algún accidente durante el vito, así como argumentan desde la iglesia para suspender dicha tradición.
Con vela y antorchas los fieles fueron a manifestarse y todo se desarrolló en forma pacífica; sin embargo, el jefe de Seguridad de la municipalidad y miembro de un grupo familiar de la parroquia, identificado como, Roque Godoy, generó un pequeño incidente, tras exigir el silencio del concejal Ortellado.
Denuncian amenazas del sacerdote
Algunos padres también denunciaron que los alumnos de la escuela y colegio parroquial fueron amenazados por el sacerdote, de que si participaban de la protesta serían expulsados.
Hasta ahora el párroco Marcos Wilk no se acercó a hablar con los fieles y se mantiene en silencio.
Los manifestantes indicaron que si el vito no le gusta al párroco, que renuncie.