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La celebración de la Virgen de la Asunción consiste en que la madre de Jesús fue elevada en cuerpo y alma a los cielos, donde está y actúa como mediadora. En nuestro país tiene una rica tradición. En este día litúrgico, un 15 de agosto en 1537, se inicia con la fundación de la Casa Fuerte con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción. En dicho fortín fue entronizada la imagen de la Inmaculada Concepción o la Conquistadora, que luego recibió el nombre de Nuestra Señora de la Asunción.
De acuerdo al programa elaborado, hoy a las 7:00, los fieles están convocados a participar de la procesión náutica desde el Arsenal de la Marina hasta el puerto de Asunción. Este acontecimiento recordará la llegada de la imagen de la Virgen a Nuestro país. Luego a las 8:00, desde ese lugar, los fieles irán en procesión hasta la explanada de la Catedral Metropolitana, donde a las 9:00, comenzará la misa presidida por el metropolitano y cardenal electo, Mons. Adalberto Martínez.
Tedeum
Hoy no habrá tedeum. Esta acción de gracias se celebra cada año el 14 de mayo por la patria y cada cinco años el 15 de agosto, para rezar por la asunción del nuevo gobierno.
La devoción a la Virgen de la Asunción tiene una rica historia:
En 1541, Domingo Martínez de Irala declaró la Casa Fuerte “Ciudad de Asunción y Capital de la Provincia del Río de la Plata”, convirtiéndose en ciudad madre por haber sido centro de las conquistas.
En 1547, el papa Pablo III erigió el obispado de la Santísima Asunción del Paraguay, primero del Río de la Plata. Desde entonces, de hecho, la Santísima Virgen de la Asunción fue considerada patrona del obispado que ajustaba sus límites a los de la extensa Provincia del Plata.
Desde su capilla, convertida de improviso en Iglesia Catedral, Nuestra Señora de la Asunción recibía el culto debido. En 1727, los poderes públicos se ocupaban de la festividad de Nuestra Señora de la Asunción, patrona titular de esta provincia, como de una fiesta tradicional.
En 1742 llegó al Paraguay la nueva imagen venerada en el Oratorio y Panteón de los Héroes, constituyéndose la misma en objeto de veneración popular. En las actas capitulares de 1769, 1770 y 1789 se ocupan de los festejos del 15 de agosto como fiesta de primera categoría.
El 15 de agosto de 1812 se enarboló por primera vez el Pabellón Nacional el que, con ligeras variantes, sigue siendo el símbolo de la nación paraguaya. En 1816, el dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, ordenando los festejos de la “Asunción de Nuestra Señora la Santa Patrona Titular de esta Provincia”, lanzó un decreto “para concurrir a la santa Iglesia Catedral a rogar por el aumento de la religión y felicidad de la República”.
La invocación a la Santísima Virgen María de la Asunción durante la Guerra Grande y la Guerra del Chaco fue permanente, pidiendo a la Madre de Dios la intercesión por todo el pueblo paraguayo.
El pueblo ha venido, pues, celebrando el 15 de agosto con demostraciones cada vez mayores y más numerosas de sencillo y puro regocijo público, alusivas a la Santísima Virgen de la Asunción y la Patria. (De la carta del Gobierno paraguayo a Su Santidad Pío XII. Asunción, junio de 1951).