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El ACV o accidente cerebro vascular es una enfermedad neurológica frecuente con alto índice de mortalidad y discapacidad, según dijo el Dr. Ricardo Mernes. Existen dos tipos, uno es el isquémico y otro es el hemorrágico.
“El isquémico sucede cuando una arteria que lleva sangre al cerebro se obstruye, por un coágulo impidiendo que llegue sangre y por ende oxígeno a una región definida del cerebro”, expuso.
Alrededor del 85 % de los ACV son de tipo isquémico.
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El ACV hemorrágico
El neurólogo habló también del otro tipo, “el ACV hemorrágico que corresponde al 15 % de los casos. La causa más frecuente de este último es por ruptura de una arteria por la hipertensión. El factor de riesgo más importante para sufrir un ACV hemorrágico es la hipertensión arterial”.
A veces se les llama ACV hemorrágico de tipo hipertensivo.
El profesional mencionó que “la hemorragia cerebral también se puede deber a otras causas, aunque son menos frecuentes, por ejemplo, las malformaciones arterio venosas”.
Son pacientes que tienen desde el nacimiento anomalías en sus venas o arterias, que a veces coincide con el aumento de la presión arterial y terminan rompiéndose y provocando un ACV hemorrágico.
El tratamiento del ACV
En cuanto al tratamiento, en los casos de ACV isquémico existe un tratamiento que se puede hacer para tratar de recanalizar, volver a abrir esa arteria que se obstruyó por un coágulo y permitir que vuelva a pasar la sangre para que llegue a esa porción de tejido que estaba sin irrigación.
“Se trata de la fibrinolisis intravenosa, que consiste en administrar un fármaco llamado alteplasa. Este fármaco que debe administrarse lo antes posible dentro de las 4 horas y media desde el inicio de los síntomas, ya que más allá de ese tiempo deja de ser eficaz e incluso puede ser peligroso”, refirió.
“Tenemos un límite de tiempo porque es un potente diluyente de la sangre que puede producir una hemorragia”, confió.
Los médicos corren contra el tiempo. “Se hace dentro de las cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas”, recalcó.
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Reconocer los síntomas
Por eso es importantísimo reconocer los síntomas, los más importantes son: imposibilidad brusca para hablar, deja de mover el brazo o la pierna o ambos, presenta una desviación de la boca.
Hay que reaccionar rápido, y acudir a un centro de emergencia.
Cuando la arteria es de gran calibre
“En algunos casos cuando la arteria que se tranca es de gran calibre el paciente va a necesitar un tratamiento endovascular, hacer un cateterismo del cerebro”, especificó.
“Se entra con un dispositivo por las arterias hasta donde está el coagulo para retirarlo y destrancar la arteria. Es un procedimiento más complejo. Es el tratamiento del ACV isquémico”, subrayó.
En el ACV hemorrágico
La mayoría de los casos el ACV es debido a la hipertensión. “El tratamiento en etapa aguda consiste en optimizar el control de la presión arterial, debe ser monitorizado constantemente y bajar los valores de la presión alta”, esgrimió.
Se realiza porque estos hematomas pueden crecer en las primeras horas y requerir una intervención quirúrgica, según el galeno.
“Se opera para disminuir la presión dentro del cráneo que es generada por la hemorragia. Si no se hace el paciente termina falleciendo”, finalizó.