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Añaden que, mas allá de los montos, el grave problema sigue siendo la falta de una estrategia nacional paraguaya, lo cual sigue permitiendo que prevalezcan los intereses extranjeros en Itaipú.
Otra cuestión que alegan es la no consideración de la deuda espuria, teniendo en cuenta que hace más de un año que la Contraloría General de la República publicó su informe sobre la deuda de Itaipú, en el que se reconoce su ilegalidad. “Sin embargo, el gobierno no ha tomado cartas en el asunto, y la deuda se sigue pagando, siendo este pago uno de los componentes principales de la tarifa según la formula vigente para su definición”, agregan.
Cuestionan también el anuncio de medidas sociales “como intento de calmar los ánimos y apaciguar las criticas”. “En lugar de seguir pagando la deuda espuria, cuyo valor para este año es de USD 1.445 millones – es decir, al menos seis veces el valor de las inversiones anunciadas por el gobierno – se podría direccionar estos fondos para obtener una reducción aún mayor y por más tiempo en las facturas de electricidad para todas las familias paraguayas, y también para realizar más inversiones en infraestructura, educación, salud, etc.”, alegan.
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La Campaña critica el continuo esfuerzo por aislar la cuestión de la tarifa del contexto de las negociaciones en torno a la revisión del Anexo C. “El gobierno sigue sosteniendo que las negociaciones no se han iniciado, y que el proceso de definición de la tarifa es una cuestión aislada del resto del proceso. Con la definición de la tarifa para este año ya se estaba jugando un partido clave para logar la defensa de los intereses paraguayos en Itaipú; sin embargo, los resultados confirman una vez más la cesión de las autoridades paraguayas a los intereses extranjeros”, puntualizan.
De hecho manifiestan que al aislar las jugadas, el gobierno paraguayo sigue permitiendo que otros temas claves para los intereses paraguayos sigan siendo excluidos del tablero en beneficio de los intereses extranjeros, tal como la cuestión ya mencionada de la deuda espuria, la cuestión del territorio y de la potestad de invasión militar y del manejo de la entidad, el cual se sigue amparando en la figura de la binacionalidad muchas veces permitiendo el uso discrecional (y poco estratégico, como mencionado antes) de la riqueza generada en Itaipú.
“Estos motivos nos demuestran una vez más que las negociaciones se siguen realizando bajo la mesa y en función de los intereses extranjeros. Esto, sumado ahora a la necesidad de ambos gobiernos – tanto en Paraguay como en Brasil – de legitimar sus acciones en plena crisis social y económica en ambos países, y con elecciones en puerta”, agregan.