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La afectada es la agroganadera Paragricola, propietaria de un inmueble de gran extensión, identificada como Finca Nº 786, Padrón Nº 3934, con una superficie de 645 hectáreas, ubicada en la localidad de Pindoty Porã, distrito de Corpus Christi.
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El ingreso de los presuntos campesinos, entre quienes también estarían indígenas, fue descubierto en la víspera por personal policial del Grupo Especial de Operaciones (GEO) que por orden judicial custodian en forma aleatoria dicha propiedad.
De acuerdo con la denuncia que ya fue formulada ante la fiscalía, la presencia de los extraños se verificó en una zona boscosa de la propiedad, identificada como “Onza”, y una zona donde hay cultivo de maíz a punto de cosecha. Además, en la misma zona que ahora está bajo control de los invasores existe un campo con más de 150 cabezas de ganado, refiere la nota presentada ante el Ministerio Público.
Leandro Camargo, administrador del establecimiento, pidió la rápida intervención de las autoridades, atendiendo que los ocupantes estarían armados. “Aquí vive y trabaja mucha gente con su familia, y ellos realizan tiros por la noche y nadie puede estar tranquilo. Tenemos miedo de que ataquen a las personas y ocurra una tragedia. Hay una invasión en flagrancia y la justicia tiene que actuar rápidamente”, indicó.
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Según confirmó el director de Policía de Canindeyú, comisario Elber Franco, un pelotón de la Policía ya estuvo en el lugar y dialogó con el supuesto líder de los invasores, vestido de para para’i, quien exigió que el propietario presente los documentos de la tierra “porque nosotros también tenemos nuestros documentos”, señaló, sin identificarse.
El comisario Franco confirmó igualmente la peligrosidad de la situación en el lugar, por los que, a pesar de la flagrancia del hecho punible de invasión, aún no procedieron a la detención de las personas para evitar una situación peor.
La nueva invasión forma parte de una serie de atropello que vienen soportando varias empresas agrícolas y ganaderas de la región, en los últimos tiempos, conocida anteriormente como Americana y que actualmente están divididas en distintas empresas.
Los anteriores hechos fueron en su mayoría protagonizados por indígenas, quienes con el argumento de que las propiedades privadas de la zona son “tierras indígenas ancestrales” ocupan y obligan a los productores a pagar millonarias sumas para seguir produciendo, según se desprende de una seria de denuncia existente ante la justicia.