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El arte sobre madera nació en el joven padre de familia Abel González, domiciliado en el barrio Espíritu Santo, quien comentó que durante la pandemia estuvo internado por covid, unos 10 días en el Hospital de Carapeguá.
Dijo que presentó en varios lugares su currículum, pero no conseguía trabajo y tenía una familia que mantener, “ahí me nació la idea de tallar sobre madera, siempre me gustó y me aventuré, comencé a trabajar y tiene mucha aceptación en el mercado”, resaltó González.
Manifestó que “Hacemos Arte Caapucú” es un emprendimiento familiar sobre arte en maderas, con la calidad garantizada, ”nos enfocamos en brindar los trabajos al estilo y pedido de nuestros clientes”.
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Refirió que en los momentos que quedó sin trabajo, recordó las orientaciones que le dio uno de sus profesores, Pedro Miró, quien les había instado a no esperar terminar su carrera de Ingeniería Agropecuaria, que está cursando en la Facultad de Ciencias-Sede Carapeguá Unves, sino que deben enfocarse en comenzar a aferrarse al emprendedurismo. ”Yo creo que esto empecé inspirado en el profesor Pedro, quien es también un emprendedor que tiene éxito en su trabajo de elaboración de cuchillos”.
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Dijo que siempre le gustó tallar; lo hacía de manera informal no como un arte a explotar, pero “la necesidad obliga, mi señora trabaja, pero no es suficiente, tenía que hacer algo, fue así que comencé a incursionar en el arte de tallado”.
Comentó que comenzó comprando sus herramientas de trabajo como router manual, moldadora, taladro, cepilladora, fresadora y con coraje empezó en este rubro. Hace más de un año que su esposa Silvana le acompaña y en sus días y horas libres “me ayuda para pintar, ponerle barniz al trabajo y sus hijos Jonatan y Daisy cuando vienen de la escuela si no tienen tareas, les gusta ayudar y les doy para que limpien las tablas o si pueden lijar, para luego darle yo el toque de terminado”.
“Es un trabajo en familia, mi esposa como mis hijos, y como vieron que estoy empezando en un rubro totalmente diferente a la que me estoy formando, me animan y acompañan en este desafío que no es fácil, pero que gracias a los buenos trabajos que ya entregué, ahora hay pedidos recibido de diferentes puntos del país”, resaltó el artesano.
El artesano Abel, por las dudas, aclaró que no es ninguna explotación de los niños, ellos solo ven que “estoy trabajando y quieren ayudar, preguntan qué pueden hacer y les pongo sobre una mesita, que sacudan con trapo algunos artículos, o si quieren lijar, pero es solo para distracción, el trabajo terminado y lustrado lo hago yo”, dijo.
Destacó que ahora también tiene como propósito defender su tesis a fin de año, por lo que está haciendo de la venta está juntando para pagar los gastos que conlleva la tesis. Actualmente, ya tiene varios pedidos que recibe de diferentes puntos del país, porque los pedidos envía por encomienda.
Explicó que recibe pedidos personalizados para cualquier acontecimiento, o si se quiere sorprender a las personas con detalle especial se puede preparar. Entre los artículos que prepara se encuentran los platos rústicos para asado, letreros rústicos, cuadros tallados, mesas rústicas, porta vinos y copa. Dependiendo del tamaño se puede adquirir desde G. 25.000 hasta G. 100.000.
Ahora tiene dos propósitos, anhela contar con un router computarizado, ahora tiene pero es manual, y después, terminar su tesis en agropecuaria, que está en proceso de elaboración para su posterior defensa. Los interesados pueden contactar al (0981) 953-832 con el artesano.