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Al igual que su padre y abuelo, que fueron artilleros en Paraguarí, Favio Adrián Marecos Medina, de 37 años, se alistó en el Ejército español como artillero, recibiendo instrucción en la Academia Militar de Artillería que se encuentra en las afueras de Madrid.
“Pasando una vez la introducción militar te destinan a la Unidad en la cual vas a estar encuadrado. En la que fui encuadrado se llamaba Grupo de Artillería de Campaña Autopropulsada 12 de la Brigada 12″, comenta desde la Madre Patria.
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Favio, del barrio Republicano de Asunción, ya fue enviado a dos misiones de paz y ayuda humanitaria con Naciones Unidas, la última en el 2021, que duró seis meses, en la frontera con Israel.
“Somos afortunados en tener un vaso con agua”
El connacional comenta que cada misión es una experiencia única que le muestra otro ángulo de la vida y le hace apreciar de manera diferente la cotidianidad.
“En esta última misión viví mas de cerca la carencia del país donde me destinaron y me di cuenta de qué tan afortunado uno puede ser con tener un vaso de agua para tomar”, reflexiona.
Además agrega que existen muchos otros detalles de la misión que son realmente enriquecedores; sin embargo, no puede entrar en detalles, ya que son consideradas informaciones confidenciales.
Militar pero también carnicero
Luego de las misiones a las que le tocó acudir, Favio disfrutaba de unos meses de vacaciones cuando, analizando algunas situaciones con su esposa, que también es paraguaya, decidieron montar un negocio.
Así, desde hace siete meses son propietarios de una carnicería en un barrio de Madrid, donde también cuentan con productos de procedencia latina para otros inmigrantes que buscan estar cerca de su tierra, consumiendo ciertos productos que no son habituales en góndolas de supermercados.
Los cortes de carne que conocemos en Paraguay no son los mismo utilizados en España, donde la carne vacuna tampoco es la más consumida; sin embargo, los compatriotas buscan la manera de comer “el asadito” cada vez que se puede.
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“Contamos con clientes de diversas nacionalidades; nos adaptamos a ellos y ellos a nosotros”, comenta Favio.
Chipa y empanada, las estrellas de los fines de semana
La esposa de Favio no sólo se encarga de la administración del negocio, sino que se luce con el arte culinario.
Los fines de semana prepara chipa y empanada, llevando un poco de cultura gastronómica paraguaya a sus clientes de todas las nacionalidades.
Los connacionales aprovechan para sentir el sabor de la comida paraguaya en su mesa, mientras que las personas de otros países prueban y se enamoran del sabor, según comentan.
De esta manera, Favio combina su pasión por el servicio desde la milicia en el ejército español con su espíritu emprendedor desde la carnicería, sin dejar de lado su amor por la tricolor y hacer conocer su país desde la gastronomía.
Donde sea que vaya, siempre la bandera paraguaya lo acompaña y se enorgullece al hablar de su país y compartir sobre cada detalle que hace a su tierra guaraní.