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El juicio por la violenta muerte de la niña indígena está a cargo del Tribunal de Sentencia presidido por Héctor Fabián Escobar e integrado por Wilfrido Peralta y Carlos Hermosilla. El acusado es Lino Gustavo Amarilla Martínez, conocido como Lino’i, de 22 años años, de parcialidad Mbya Guaraní.
El hallazgo del cuerpo sin vida de la niña indígena se produjo el 24 de febrero del 2020, en un baldío ubicado en las cercanías de la Terminal de Ómnibus de Asunción.
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La víctima Francisca Araújo Cáceres fue reconocida por su abuela, quien contó que hace unos cuatro años la niña llegó de Curuguaty a Asunción y pertenecía a la etnia Mbya.
El médico forense Silvio Chirife reveló que la causa de muerte fue asfixia y que pequeña tuvo una muerte “violenta, agónica y lenta”.
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El médico detalló que la víctima recibió primero un golpe en la cabeza. Además, tenía surcos en el cuello, lo que hace presumir que fue asfixiada. Igualmente, contó que fue atada de pies y manos de manera tal que la posición fetal en la que se encontraba le cortó la respiración, produciéndose su deceso de esa forma.
Explicó que el crimen ocurrió de “tres a cinco días antes, para arriba”, por el avanzado estado de descomposición de los restos, lo que imposibilitó también determinar si fue o no abusada.
Acusado confesó crimen
Este dato fue proporcionado por el propio detenido Lino Amarilla, quien confesó el crimen. “Por droga le matamos, por consumir droga”, dijo en guaraní a la prensa tras su detención.
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Añadió: “entre tres estábamos. Todos hombres. Nosotros nos apartamos de ella, pero se fue otra vez junto a nosotros”. Luego dijo “Curepa nos vendía chespi (crack), él andaba con nosotros, y él le dio cocaína”, después “le violamos (...) le matamos con cuchillo. Curepa hizo eso. Curepa le clavó”. Pero en la autopsia no se halló una herida cortante.
Violencia contra nativos, constante
El 24 de febrero del 2020, la noticia del hallazgo del cuerpo sin vida de una niña indígena en una mochila en un baldío ubicado en las cercanías de la Terminal de Ómnibus de Asunción causó estupor generalizado.
El bárbaro crimen de la niña indígena Francisca Araújo Cáceres motivó una serie de manifestaciones en reclamo de justicia para los indígenas víctimas de violencia.
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El hallazgo del cuerpo sin vida de la pequeña se produjo un mes después de que una niña de indígena de 14 años fuera drogada y abusada en el precio de la ex Cervecería Paraguaya, donde fue hallada maniatada el 28 de enero por ocasionales transeúntes.
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Asimismo, el 16 de diciembre del 2019 fue asesinado un indígena en el microcentro de Asunción mientras dormía sobre un banco de una parada de colectivos. El hombre fue identificado como Lorenzo Silva Arce, que era reciclador y oriundo de Tacuatí.