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Consumir siete tragos de carrulim cada 1 de agosto es una de las costumbres más tradicionales del Paraguay. El objetivo es espantar los malos augurios, la mala onda o bien, todo lo “py’a raku” que pueda llegar en este mes y en lo que resta del año.
El folclorista Serafín Francia Campos comenta que como la tradicional frase lo dice, “agosto es el mes que se lleva a los viejos y como contrapartida a eso nos aferramos a tomar cañita con ruda y limón”.
El nombre también proviene de ahí: caña, ruda y limón (carrulim), explica don Serafín.
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La “modernización” del carrulim
Actualmente no solo encontramos el tradicional carrulim hecho con caña, ruda y limón, sino también con algunas esencias o sabores adicionales, como el catuaba, la menta, el anís estrellado, la miel, entre otros.
Para el folclorista se trata del desarrollo normal de las costumbres y tradiciones, “se van aggiornando a los nuevos tiempos, es el efecto de la trasformación que se busca, dar un paso más adelante, aunque eso ya no es folclore, es incluir lo bueno dentro de la costumbre básica”.
Tipos de carrulim en el Paseo de los Yuyos
- Tradicional: caña blanca, ruda macho y limón.
- Dulce y aromático: caña blanca, ruda, limón y cáscara de naranja con guavirami.
- Levantol: caña, ruda, limón, hoja de catuaba y miel de abeja.
En el Paseo de los Yuyos del Mercado 4, los trabajadores y trabajadoras tendrán a la venta el producto desde la 06:00 de la mañana del 1 de agosto. También tendrán degustaciones habilitarán una muestra en la sala de capacitación del Tereré Literario y contarán con una exposición de pohã ñana (remedio yuyo) fresco y empaquetados.
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Los precios irán desde G. 5.000 hasta G. 40.000, además, para quienes quieran preparar su propio carrulim, también contarán con los ingredientes: caña blanca a G. 15.000 el litro; ruda tres por G. 10.000.
¿Los jóvenes están perdiendo la tradición?
Serafín Francia Campos hace un análisis de la moderna frase “los jóvenes ya no cumplen con las tradiciones”.
“Generalmente la gente levanta el dedo acusador hacia los jóvenes, pero lo que debemos preguntarnos es ¿qué hacemos nosotros para que los jóvenes no pierdan la tradición?
Agrega que es a través de la educación, de las escuelas y las familias que se podrá fortalecer de nuevo nuestro folclore y las tradiciones.