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Añoranza con sabor a alegría, dice Gladys Candia, una trabajadora del Lido Bar desde hace 32 años, quien vio pasar a clientes, hizo amigos y formó una segunda familia con sus compañeros, muchos de ellos ya jubilados.
“La nostalgia por los muchos años trabajados y compartidos con clientes, amigos, compañeros pero con sabor a alegría porque la empresa apuesta al futuro, piensa en los jóvenes, en el mañana”, dijo.
Luego de 69 años, la emblemática esquina de Palma y Chile que albergó a cientos de comensales en el Lido Bar ya no olerá a los tradicionales platos de media mañana, siesta, tarde, noche y hasta madrugadas que caracterizan a esta zona del microcentro de Asunción.
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La nueve sede de Lido Bar
Luego del 31 de julio, el Lido estará en su nuevo local, en Paraguayo Independiente e Independencia Nacional, en diagonal a la Catedral Metropolitana. El alto costo de alquiler y la disminución de la clientela hacen que la mudanza sea inevitable.
Pero las trabajadoras lo ven como un cambio positivo, de renovación, con miras a las nuevas generaciones potenciales clientes, sin dejar de lado a los tradicionales, a quienes tienen en su rutina diaria, semanal o de fin de semana sentarse en la barra para disfrutar de su menú favorito o probar alguno nuevo.
Para Rosa Velázquez, una joven trabajadora, se trata casi de una escuela donde se aprende todo los días y se crece de forma profesional, así como en lo personal.
“Somos la nueva generación que hacemos un cambio, miramos para adelante. Esperamos que todos nuestros clientes vayan con nosotros, les vamos a esperar con las milanesas y la calidez de siempre, además del sabor y la tradición, como hace 69 años”.
Por su parte, Raquel Franco, también trabajadora del Lido, asegura que cada uno de los que forman parte de este emblemático lugar de comidas de Asunción, se muda al nuevo local cargado de la calidez que les caracteriza, con el sabor que los mantiene vivos desde hace 69 años.
“Son sentimientos encontrados por dejar este lugar tan emblemático, pero con una alegría inmensa porque estaremos en otro lugar muy hermoso y grande”.
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Son estas mujeres, vestidas con uniforme marrón claro, a las que se las ve día tras día con su mejor sonrisa, una palabra amable, una memoria inigualable para tener siempre el menú y los precios en la mente y que el cliente no pierda un solo segundo; las de las manos que cocinan con amor y las que le dan vida al lugar.
“La esquina del Lido”
Muchas personas, en su mayoría turistas o al menos personas que no son habitué del microcentro, usa como referencia la emblemática esquina.
Este lugar fue bautizado desde hace muchos años como “la esquina del Lido”. Quizás hay personas que ni recuerden el nombre de las calles, pero saben que en esa intersección está el lugar hasta donde pueden llegar para iniciar su recorrido por el microcentro, no sin antes tomarse unos minutos para degustar algún platillo.