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El fiscal Walter Castro, de la unidad zonal de Mayor Otaño, resolvió imputar al educador del Colegio Nacional Mayor Otaño en los términos del artículo 133 del Código Penal Paraguayo, que tipifica el “acoso sexual” como la conducta de quien “…con fines sexuales hostigara a otra persona, abusando de la autoridad o influencia que le confieren sus funciones…”. La expectativa de pena es de hasta dos años.
La semana pasada un grupo de alumnos, acompañados de algunos padres, se manifestó frente a la sede de la Supervisión y de la Fiscalía zonal para exigir que se investigue la denuncia y cuestionaron una presunta protección que estaba recibiendo el docente, tanto del colegio como en el Ministerio Público.
“Estamos indignados con el trato de protección que le dan a este docente, un enfermo que se pasa acosando a nuestras hijas”, había señalado en su momento un padre de familia que pidió anonimato para evitar represalias. Ya en el 2019 se había presentado una denuncia por acoso sexual contra este docente, pero terminó en la nada, según cuestionó.
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De acuerdo a lo señalado por el fiscal Castro, en aquella oportunidad la denuncia había sido desestimada “porque no se configuró el hecho punible”.
Caballero, quien hasta el uno de julio se desempeñaba como profesor del área de Física y Matemática en el Colegio Nacional Mayor Otaño, se encuentra actualmente cumpliendo funciones administrativas en la supervisión educativa de zona.
A partir de la denuncia, la directora del colegio, Lic. Liliana González, aplicó el protocolo del MEC, comunicando a la supervisión de zona, y esta instancia dispuso el traslado del docente hasta la sede de dicha institución donde actualmente cumple funciones administrativas.
El temor de los padres es que el funcionario sea mantenido en lugar hasta que “pase la tormenta”, y luego vuelva a su práctica, en el mismo colegio o en otra institución educativa.
Docente pidió desestimación
El profesor Caballero, por su parte, rechazó las denuncias. Afirmó que “jamás tocó a nadie” y que solamente buscan perjudicarlo.
El lunes pasado presentó a la Fiscalía un pedido de desestimación de la denuncia, en el que dice haber llegado a un acuerdo privado por escribanía con el padre de la joven (menor de edad). En el acuerdo, se aclara que fue un malentendido y que el padre acepta las disculpas, además de comprometerse a no oponerse si el Ministerio Público le da una “salida procesal” a su causa.
Caballero niega que existió acoso. “Para que exista acoso (sic) debe existir hostigamiento y ello ocurre cuando alguien ataca, persigue, molesta u ofende con insistencia inoportuna a otro. Nadie dijo nada parecido, tampoco hubo amenaza de fuerza o intimidación”, afirma en su defensa, pero no niega que le escribió a su alumna diciendo que estaba “linda y sexi” en su foto de perfil y que si “tenía más fotos así” podía enviarle.