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El presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) de la República Oriental del Uruguay, Robert Silva, se encuentra de visita en nuestro país. En entrevista con ABC destacó que la tecnología, infraestructura y alimentación escolar son vitales para mejorar la educación. “Los gobiernos tenemos que hacer un destacado y renovado esfuerzo por brindar recursos públicos e invertirlos de la mejor manera posible para el desarrollo y transformación de la educación”, indicó.
Silva dijo que la alimentación es muy necesaria porque, en definitiva, permite a los estudiantes de contextos más vulnerables tener la posibilidad de atender una deficiencia que incide directamente en su proceso de aprendizaje, “porque el que no come, no aprende”, aseveró.
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El presidente de ANEP explicó que en Uruguay cuentan con un servicio alimentario que tiene 100 años, por lo brindan hasta tres comidas diarias en escuelas y colegios más vulnerables. Igualmente, extienden la alimentación escolar a la educación media, no solo la primaria.
Entretanto, la infraestructura, según Robert Silva, “da condiciones de aprendizaje mínimas a los estudiantes y, a los docentes, condiciones de trabajo. Nosotros no podemos permitirnos como países las situaciones que tenemos en determinados centros educativos”, refirió.
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Finalmente, la tecnología es la herramienta fundamental, a criterio de Silva. “Es el lenguaje fundamental, asociado a las matemáticas y las lenguas que los niños tienen que tener y que los futuros ciudadanos tienen que desarrollar”, afirmó.
El representante uruguayo añadió que es relevante que la tecnología esté como mediadora del proceso de enseñanza y aprendizaje, a través de la generación de nuevas herramientas e instrumentos en los estudiantes.
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“No solo saber usar los dispositivos tecnológicos, sino que hay que generar conciencia en los estudiantes, de que la tecnología va a repercutir, va a mediar, va a incidir en toda su vida”, expresó.
Respecto a la conectividad, una de las principales deficiencias a nivel local, la experiencia en el vecino país fue la instalación de antenas para mejorar la cobertura. Silva contó que entre 2020 y 2021 se instalaron más de 60 antenas en todo Uruguay.
Sin educación no hay futuro
El profesional enfatizó que un país que no invierte en educación, no invierte en su futuro. “Un país que no invierte en educación, condena a la exclusión a miles de sus conciudadanos pero, sobre todo a aquellos que están en contexto de mayor vulnerabilidad. Por eso, la educación ha sido siempre una estrategia de los países para generar políticas de oportunidad, junto con otras políticas sociales para generar posibilidades de inclusión social”, remarcó.
Silva comentó que Uruguay invierte el 5 % del Producto Interno Bruto (PIB) en materia educativa y que su presupuesto anual es de US$ 2.000 millones. Esta cifra representa cerca de US$ 600 millones más de lo que recibió el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) de nuestro país este año, con unos US$ 1.339 millones (G. 9.200.178.494.915). El valor corresponde al presupuesto global, que incluye entidades descentralizas.
Las instituciones descentralizadas corresponden a las universidades nacionales, el Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fondec), la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes), el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), el Instituto de Bellas Artes y el Instituto Nacional de Educación Superior.
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Sin contar estas instituciones, el presupuesto neto del MEC en nuestro país, este año supera los US$ 1.078 millones (G. 7.406.996.303.496), aproximadamente.