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El obispo de San Lorenzo, Joaquín Robledo, presidió la misa central en honor a San Pedro Apóstol, protector espiritual de la localidad de Ypané e instó a las familias a recuperar los valores del diálogo, el respeto y –en especial– el amor, para poder vivir como verdaderos cristianos.
Dijo que las familias nacen del corazón de Dios y que este núcleo principal de la sociedad debe vivir siempre en el amor y el respeto. Pidió, además, valorar la vida en todas sus dimensiones.
Agregó que todos somos misioneros, y que somos pasajeros en este mundo, por lo que debemos vivir en armonía, como hermanos y no alimentar odios, rencores, divisiones y enfrentamientos entre los hombres.
El prelado mencionó la guerra entre Rusia y Ucrania, calificó este hecho como consecuencia de la sed de poder y la ambición de las autoridades de Rusia, que invadieron tierras ucranianas y en donde miles de personas ya perdieron la vida.
“Vamos a recuperar el valor de la vida, el respeto y el diálogo en los hogares, vivamos como una gran familia cristiana, así como Dios quiere que vivamos y desechar toda sociedad violenta, que solo genera odios y divisiones”, reflexionó Robledo.
Pidió educar con los valores cristianos a los niños, adolescentes y jóvenes, para poder crear una comunidad diferente, cimentado siempre con el amor y la comunión. Instó a seguir los ejemplos de San Pedro, que pese a negar a Jesús, fue ungido Papa.
Finalmente, pidió a los laicos trabajar por el bien común de todos, asistir a los más humildes y los desamparados, hablar de Dios en todos los lugares, casa, trabajo y lugares de recreación.
Homenaje al misionero de la misericordia, padre Juan Alejo Robadín
Antes de la bendición final se realizó un emotivo homenaje al sacerdote Juan Alejo Robadín, designado por el papa Francisco como el “Misionero de la misericordia”. La comunidad católica y la municipalidad entregaron reconocimientos al religioso.
Durante el acto de reconocimiento recordaron la vida sacerdotal de Robadín y se resaltaron su carisma y su gran espíritu de solidaridad y humildad.
El sacerdote, en medio de lágrimas, agradeció el gesto y aseguró que tal homenaje es demasiado para un humilde servidor de Dios e instó a los fieles a vivir en la unidad y en permanente alegría.
“No me esperaba este homenaje, me sorprendieron, pero esto es demasiado para mí, les agradezco de corazón y les pido que recen por los sacerdotes, porque esta misión no es fácil y practiquemos siempre vivir en armonía, tratemos de reír un poco más en esta vida tan hermosa que nos regala Dios”, expresó en medio de una voz entrecortada por la emoción.
La comunidad ypanense le entregó además al padre un termo con los colores de su amado club Cerro Porteño. El padre Robadín lleva más de 50 años predicando y viviendo la palabra de Dios y es oriundo de la ciudad de Villeta.
Tras la misa se realizó la tradicional procesión de la imagen del protector de la ciudad por las principales calles del microcentro. Una multitud acompañó la marcha. Luego al mediodía se disfrutó de un rico asado a la estaca.