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Está claro que el proceso de enseñanza-aprendizaje fue afectado por la pandemia, según el último informe del Banco Mundial, sin embargo, la asesora en educación, María de la Paz Peña, enfatizó que en Paraguay el problema ya viene de años atrás. La profesional considera que la clave está en la reorganización de los institutos de formación docente.
“No solo debe cambiar la malla curricular (en los centros de formación), sino la cantidad de horas que están expuestos ellos (los alumnos) a esa formación. Están solamente tres años. Hay muchos aspectos que hay que cambiar”, enfatizó Peña.
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De acuerdo a la profesional, los bachilleres que ingresan a los institutos de formación docente tienen un bajo nivel académico, con lo que ya acarrean problemas de aprendizaje y, generalmente, van tres a cuatro horas como máximo, lo cual insuficiente.
“Yo creo que si el instituto de formación docente se pone a reorganizarse y tiene una oferta diferente a la que tuvo en los últimos 10 años, hasta dentro de cinco años nosotros no vamos a tener una generación de docentes mejor calificados”, expresó Peña.
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Según la especialista en educación, con la experiencia de la pandemia se debe incluir una enseñanza que aborde el uso de tecnologías de manera diferente, porque pedir a un docente que de un día para otro enseñe de manera virtual sin haberlo capacitado, representa chocar duramente con la realidad.
“Es muy difícil, en 70 u 80 horas de capacitación, mostrar al maestro lo que tiene que hacer y después se va a su aula y realmente está perdido”, refirió.
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Peña agregó que el nivel del profesorado de los que están enseñando a los futuros docentes tiene que ser del más alto nivel académico para que no se repitan las malas prácticas. “Hay que cambiar toda la formación inicial”, remarcó.
Nueva camada de maestros
María de la Paz Peña presume que los últimos graduados en formación docente probablemente tengan mayores competencias por un proceso de selección más riguroso, pero este colectivo lo constituyen sólo 3.000 personas.
“Nosotros tenemos que hablar de trabajar con muchos docentes, por lo menos dentro de siete u ochos años. Yo no te diría que podamos ver una gran diferencia hasta dentro de 10 años”, finalizó.