La auténtica fiesta de San Juan

La tradición de la fiesta de San Juan llega a nuestro país en la época de la Colonia, de la mano de los españoles. Si bien, en Paraguay se readaptó a la realidad, las costumbres y la lengua guaraní, sigue siendo una mezcla de acontecimiento religioso y pagano a la vez.

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En España se celebra la fiesta del fuego, en el día de San Juan que también coincide con el solsticio de verano. Allí se hace una gran fogata, en la playa en algunos lugares, realizando un ritual de purificación y pedidos a San Juan.

Esto es lo que los colonizadores europeos trajeron a nuestro país, pero que rápidamente tomó forma con el tata ári jehasa, toro kandil, pelota tata y el más esperado de esta fecha: el judas kái.

Judas kái

El folclorista Mario Rubén Álvarez comenta que cuando se habla de Judas, sin duda es necesario remitirse “al Judas traidor de la última cena, que no precisamente es Iscariote”.

La quema también fue evolucionando con el paso del tiempo. En la época de la Colonia probablemente se prendía el fuego con grasa, más adelante con querosén, combustible hasta llegar a las bombas que hoy se le pone adentro.

Álvarez señala que generalmente el Judas kái es puesto en un lugar alto, destacado, para que llame la atención y para que pueda ser observado.

Desde el punto de vista religioso, comenta que la Iglesia católica cristianizó la fiesta del fuego, el solsticio, en la fecha de San Juan.

La auténtica fiesta de San Juan se realiza en la noche del 23 de junio, es por eso que ahí se realizan “las pruebas” y se ven los resultados al alba del 24.

“Esa noche es cuando no te quemas los pies, porque te protege San Juan”, finaliza Mario Rubén Álvarez.

¿A quién elegir como Judas kái?

“Judas kái es siempre el más argel, que alza el combustible, la directora del colegio, alguien aborrecido de la comunidad, hasta algún almacenero”, explica.

Judas kái en época de Stroessner

Cuenta el folclorista que en esos tiempos no se podía poner como Judas kái al presidente de seccional, tampoco a parlamentarios ni mucho menos al Presidente de la República.

Sin embargo, existían algunos “más atrevidos”. Por ejemplo, en Ypacaraí estaba don Piñánez, un liberal de profesión carpintero que en la comunidad se encargaba de preparar el Judas para quemar la noche del 23 de junio cada año. En una ocasión el Judas llevaba el nombre o el rostro muy parecido al dictador.

El acto tuvo su consecuencia y el hombre pasó unos días tras las rejas, según recuerda Mario Rubén.

Actualmente el Judas kái es preparado por las trabajadoras de los mercados de cada ciudad, donde días antes los propios compradores ya hacen su pedido con el nombre de políticos, futbolistas y hasta artistas.

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