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Ubicada sobre República de Colombia y Capitán Figari, la plaza Julio César Franco es la cuarta que presentamos en esta serie de publicaciones respecto al estado de las plazas olvidadas por el intendente de turno en Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR).
Lejos del verde de los pastos y el colorido de las flores, actualmente el sitio público se ve de color marrón, por la arena y la basura. Los pisos y veredas están rotos y el espacio público está ocupado por desconocidos. Lo único hermoso que queda, los árboles, son utilizados como tendedero.
El espacio público alberga recuerdos buenos y malos y, en especial, luchas. En el 2001 la plaza fue testigo del atroz asesinato de un estudiante del Salesianito, que sucedió por la tarde, cuando él iba caminando y otros dos jóvenes le arrebataron la mochila. Se trataba de Diego Enmanuel Báez Mellid. En los meses y años siguientes, la comunidad del Colegio y Escuela Técnica “Sagrado Corazón de Jesús” (Salesianito) llevó a cabo actos de recordación en el mismo sitio.
Asimismo, la plaza fue escenario a lo largo de los años de marchas y concentraciones, incluso las volanteadas de feministas para el “25N” ya sucedían en el 2005, con poca concurrencia aún. El Congreso de la Coordinación Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri) realizó varias protestas que partían desde allí.
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También en el sitio comenzaban las marchas de apoyo al entonces candidato a la presidencia Fernando Lugo. A esta serie de movilizaciones, se deben sumar las reuniones religiosas que tuvieron lugar en la plaza.
En el 2007 la Municipalidad de Asunción le sumó un rol a este espacio, puesto que a través de una resolución se decidió que cada año los vendedores de pirotecnia, aproximada la Navidad y Año Nuevo, se ubiquen en la plaza Julio César Franco. La medida busca hasta ahora disminuir la probabilidad de incendios.
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Ante la desidia municipal, y como en muchos otros casos, los vecinos se posicionaron como protagonistas en el 2011. Se organizaron y empezaron el arreglo del sitio. Llevaron a cabo la mejora de los bancos y su pintura, también revitalizaron los parques y las canillas de agua, además de pintar las franjas y árboles.
Sin embargo, cinco años después, en el 2013, vecinos y comerciantes de la zona pidieron a la Municipalidad que destine rubros para el arreglo del área verde, debido a que ya se encontraba en malas condiciones.
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Pese al estado de la plaza, siempre un espacio público atrae a la ciudadanía. Fue el caso de Florencia Doval, una joven de 15 años que en marzo del 2019 eligió a la Plaza Julio César Franco para iniciar una loable labor: la enseñanza. Ella ofreció clases gratuitas de inglés a niños y jóvenes. La mayoría de sus estudiantes provenía del Mercado 4.
La presente publicación es la entrega número 4 de la serie “Las plazas olvidadas por Nenecho”. Puede leer también sobre la Plaza Japón, la Plaza Dr. Gaspar Rodríguez De Francia y la Plaza Patricio Escobar.