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De acuerdo con los datos proporcionados por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) esta nueva variante inicia en el km 85,5 (rotonda de acceso a Valenzuela) de Itacurubí y culmina en el km 92,3 (enlace este), totalizando 7 km de longitud.
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Las construcciones ya avanzan tras el cambio del trazado original a pedido de los pobladores de la localidad, porque afectaba una naciente conocida como “Ykua Ita”. Asimismo, la variante prevista inicialmente también afectaba a otros manantiales conocidas como “Ykua Santa” y “Ykua Chorro”.
El ingeniero Alfredo Bordón, responsable de esta obra por el MOPC, señaló ayer a ABC Color que se trata de un tramo nuevo y que ya no se afectará a las nacientes. “En la nueva variante de Itacurubí ya comenzaron los trabajos y ya no se tocará los ykuá (manantiales), porque incluso hay una ley que declaró esas nacientes como área protegida. Por eso la circunvalación va un poco más al sur y y tiene un incremento de 2 km respecto al tramo inicial. Tendrá un total de 7 km”, expresó.
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La nueva vía tendrá las siguientes características: 2 calzadas separadas con 2 medianas y una barrera de hormigón del tipo New Jersey, con 2 carriles de 3,5 metros y banquinas de 2,5 metros.
Se trata del último trayecto que faltaba para completar el tramo a intervenir de la ruta PY02 desde Caaguazú hasta Ypacaraí.
Otras variantes que están en construcción actualmente son las de Coronel Oviedo y Caacupé (también con modificaciones), mientras que en la ciudad de Ypacaraí se trabaja en la travesía urbana y se eliminó del plan la circunvalación prevista.
Todas las intervenciones están a cargo de la Sociedad de Objeto Específico (SOE) Rutas del Este, integrado por Sacyr y Ocho A, y comprenden desde el Km 34, en Ypacaraí, hasta el km 183, donde comienza la concesión de Tape Porã. La construcción se está llevando adelante en el marco de la Ley 5.102/13 de Alianza Pública Privada (APP), siendo el primer que se ejecuta actualmente con esta modalidad.
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Los pagos durante 30 años que durará esta concesión vía APP
En esta primera APP, el grupo de Sacyr, Ocho A y Mota Engil (que cedió sus acciones a Ocho A luego de abandonar el país tras el fracaso del proyecto metrobús), cobrará US$ 27.217.135, IVA incluido, en concepto del Pago Diferido de Inversión (semestral), denominado PDI. El grupo percibirá este pago dos veces al año, por un período de 15 años, una vez entregada la duplicación de la ruta.
El PDI se abonará por el financiamiento de la construcción de la ruta, cuyo costo total será de unos US$ 816 millones, incluyendo las tasas de interés.
Además, el consorcio estableció el pago anual de G. 145.292 millones (con IVA), en concepto de Pago por Disponibilidad (PPD), para el mantenimiento y operación de la vía. Este importe se desembolsará durante los 30 años que durará la concesión, lo que significará un erogación de G. 4,3 billones (US$ 747 millones). Esto se pagará tras la recepción de “tramos utilizables”.
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A los pagos por inversión y disponibilidad (PDI y PPD) mencionados más arriba hay que sumar el Pago Variable del Tráfico (PVT), por el que el consorcio percibirá unos US$ 134 millones más en esos 30 años, que también debe percibir cuando concluya la duplicación (dependen del tránsito en la ruta).
Vale señalar que el grupo se embolsará aproximadamente US$ 1.700 millones por construir, operar y mantener las rutas, durante los 30 años que regirá el contrato, según las estimaciones, pero puede ser mucho más dependiendo del crecimiento del tráfico y otras variables que deben ser actualizadas.
Para concretar la obra, la empresa consiguió la financiación de US$ 520 millones. Se espera que el 60% de estos recursos para el PDI, PPD y PVT provengan la recaudación de peajes (que ya se deposita en un fideicomiso de donde saldrán los desembolsos) y lo que falte se cubrirá con recursos del Estado Paraguayo (40%).