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En el marco de las denuncias de extorsión a ciudadanos por parte de policías o de delincuentes que se hacen pasar por uniformados, más ciudadanos se están animando a contar los casos de chantaje e incluso privación ilegal de libertad de los que fueron víctimas, sin que hasta la fecha se atrape a los autores de estos delitos.
El mecánico identificado como Juan denunció un escandaloso caso de apriete que vivió el 16 de junio de 2021, en plena pandemia, cuando cuatro supuestos policías, que vestían de civil y llevaban placa, lo encerraron en un vehículo de la marca Kía Río KAO 782 de color negro y lo retuvieron ilegalmente por cuatro horas, exigiéndole G. 5 millones bajo amenaza de llevarlo preso por supuestamente vender documentos de un vehículo.
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Una venta que terminó en trampa
La historia comenzó cuando este mecánico puso en venta un vehículo que había comprado sin motor y sin caja, chocado pero con documentos.
Un supuesto interesado en adquirir el automóvil lo contactó y le dijo que no tenía mucho tiempo para ir a ver el vehículo, por lo que le pidió que le acerque los documentos del mismo y si todo estaba en orden, prometió comprar el rodado.
El supuesto cliente citó al mecánico en la calle Manuel Ortiz Guerrero, cerca de un conocido hipermercado.
Juan le presentó los documentos al supuesto cliente, que estaba a bordo de un vehículo Toyota Allex Runx, de color gris y sin chapa.
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Sorpresivamente otros supuestos policías lo forzaron y encerraron en otro vehículo, un Kía Río Negro, que también era de ellos.
Una vez encerrado en este coche, le dijeron que estaba detenido y que iría preso por intentar vender documentos de un automóvil.
Le exigieron G. 5 millones
El denunciante contó que le hicieron una trampa, pues lo agarraron como si fuera a vender los documentos, cuando él llevó los papeles por pedido del supuesto cliente.
“Me dijeron que iba a gastar G. 30 millones en sede central de Automotores, pero que si le conseguía G. 5 millones solucionábamos. Me sacaron mi celular y mi billetera. Asustado le dije que tenia solamente G. 470.000 y se burlaron de mí, me dijeron que eso no sirve para nada. El que estaba de copiloto me apuntó con su pistola al darme mi celular me dijo que no haga macanada, me obligaron a llamar a personas a pedirles que me giren el dinero que pedían”, relató el denunciante.
Al llamar a sus amigos, estos le giraron el dinero aproximadamente a las 13:00 y fue llevado a una cabina del centro de San Lorenzo para efectivizarlo.
Al bajarse, pidió ayuda desesperadamente a la mujer que atendía, contándole que lo estaban extorsionando y pidiéndole que al menos después le brinde las imágenes de circuito cerrado para probar lo que estaba viviendo.
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Pidió auxilio a policías, y eran cómplices
Para ayudarlo, la joven llamó al sistema 911, pero, para sorpresa de la víctima, los uniformados que llegaron en una patrullera eran cómplices de sus extorsionadores.
“Les dijeron a sus colegas que hagan bien lo que estaban haciendo porque yo ya estaba hablando y contando todo, yo por miedo me volví a meter al Kía con ellos y allí me dijeron que ya había perdido todo por intentar delatarlos, que me iban a matar y tirar por ahí. Les dije que lo hagan, que ya había pruebas de circuito cerrado y tanto la empleada de la cabina como mis amigos a quienes llamé ya sabían lo que estaban haciendo. Ahí parece que entraron en razón, retrocedieron para volver a hablar con los otros uniformados y dijeron que les darían una parte del dinero”, continuó relatando el mecánico.
Luego de que lo soltaron, el hombre hizo la denuncia a la Fiscalía, y el fiscal Federico Delfino lo tomó muy en serio, pero la causa fue derivada por sorteo a la agente Irene Irún, quien hasta ahora no ejecutó avances en su causa.
Fiscalía no mueve la causa
Incluso, el mecánico siguió recibiendo amenazas de aquellos policías por mensaje de texto, y acudió a la Fiscalía a alertar de esta situación, pero el asistente fiscal Eduardo Vergara no le hizo caso.
Haciendo el trabajo que debería hacer el Ministerio Público, el hombre investigó quiénes eran los anteriores propietarios del coche, pero la anterior dueña solo le dijo que lo había vendido a un policía y luego le cortó la comunicación por temor.
“Le pedí mucho al asistente fiscal Vergara que le pregunte a esta señorita quién es el policía y no hace nada, es solo llamar y averiguar”, lamentó el ciudadano.
Extorsionadores siguen amenazando
Juan incluso tiene el número de chapa del vehículo en el que lo retuvieron, pero increíblemente, ni la Fiscalía ni la Policía logran llegar a los autores.
“En sus amenazas, estos extorsionadores me dijeron que si hacía ‘estupideces’, iban a allanar mi casa. Tuve que mudarme. Le pedí ayuda al defensor del pueblo, Miguel Godoy, fue con funcionarios, hizo un acta que la asistente fiscal no quiso firmar. Ya va a hacer un año de lo que pasó”, comentó Juan.
El ciudadano pide que la investigadora a cargo siga la línea de investigación con base en las pistas que él mismo ha logrado tener, para dar con los autores de esta extorsión y evitar que los “polibandis” sigan realizando esta práctica corrupta con otras víctimas.