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La concurrencia fue masiva, ya que de la actividad participaron 46 comunidades que pertenecen a la parroquia Virgen de la Candelaria. La actividad de catequesis se inició frente a comuna capiateña y en el trayecto las comunidades marcharon de forma pacífica, hablando de todos los problemas sociales que aquejan a la ciudadanía capiateña, entre ellos la corrupción. En ese sentido, advirtieron que los pobladores están vigilantes ante el actuar de los políticos de turno.
Muchos durante la marcha llevaron moldes de ataúd, algunos hechos de cartones y terciadas, con la inscripción de “Capiatá está muriendo” con la marca de una cruz. Mientras que otros llevaban en la mano letreros alusivos a situaciones puntuales de ciertas instituciones que están inundadas de corrupción. Así también, algunos portaban la bandera paraguaya como símbolo de patriotismo.
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Ya frente a la Parroquia de la Virgen de la Candelaria, montaron grupo de representaciones teatrales. Una de ellas tuvo como protagonista un hombre vestido de traje, con el nombre de Municipalidad y un maletín en manos que decía “Recién Lavado”.
De igual manera, del mismo grupo formaban parte otros actores que representaban a la Fiscalía, la Cooperativa sin una denominación específica, y hasta la Comisión de Festejos Patronales. El objetivo fue cuestionar la corrupción y la mala administración en todos esos estamentos.
Detrás del grupo, se colocó un mural en el cual figuraban todas las áreas inundadas de corrupción, como los royalties y las obras de asfaltado.
“Obligados” a participar
La actividad fue organizada por la parroquia Virgen de la Candelaria y apoyada por todas las comunidades dependientes. El padre José María Velazco, acompañó la marcha pacífica por las calles, y luego se realizó una misa como cierre del encuentro. “Fue una actividad litúrgica y de catequesis que fue organizada. Cada mes se realizan actividades teniendo en cuenta el calendario”, explicó el padre Velazco.
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Si bien la actividad tuvo mucha participación, muchos padres y pobladores de la comunidad estuvieron en desacuerdo. La queja puntual fue de que el encuentro organizado se realizó bajo la amenaza de que si los catequizandos de la parroquia no participaban no accedería al sacramento de la primera comunión como también a la confirmación. Mientras que los alumnos de la Escuela y Colegio parroquial perderían puntos en la asignatura de Ética y Formación Ciudadana.
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Las quejas se hicieron notar en las redes sociales, en donde manifestaron que el padre ya debería retirarse y dar lugar a nuevas autoridades con nuevas ideas, menos retrógradas. A esto el padre respondió: “Es una mentira. Todos fueron libres de participar y a nadie se le obligó a hacer nada”.
Por su parte, al ser consultado sobre esta actividad, el intendente Luis Fernando González dijo que no daría ningún comentario al respecto.